Trova y algo más...

lunes, 31 de mayo de 2010

Fumando espero…

El 31 de mayo se celebra el Día del No Fumador o Día Mundial Sin Tabaco, fecha designada por la Asamblea Mundial de la Salud en 1989, para alentar a los fumadores a dejar de fumar y, asimismo, para incrementar el conocimiento del público sobre el impacto que tiene el tabaco en la salud.

Fumar mata. Ese es un hecho. Cuando menos mata los buenos olores, que ya es algo cuando uno vive y convive en sociedad. Aunque eso sería lo de menos, pues una buena loción disfrazará los olores del tabaco… si funciona con el licenciado Holguín y su fragancia de monstruo del pantano verde, no funcionará con un fumador. Mjú.

De todas formas, si fuera necesario un puñado de datos para inclinar la balanza, van aquí algunos datos duros para reconocer la gravedad de la adicción a la nicotina:

Según la Organización Mundial de la Salud, el tabaco es la primera causa de enfermedad, invalidez y muerte prematura del mundo

Fumar está directamente relacionado con la aparición de 29 enfermedades, de las cuales 10 son diferentes tipos de cáncer, y es la principal causa de 95% de los cánceres de pulmón, de 90% de las bronquitis y de más de 50% de las enfermedades cardiovasculares.

Los efectos nocivos del tabaco dependen de las sustancias químicas contenidas en la hoja de tabaco al momento de su combustión, pero principalmente son cuatro: Nicotina, que es el principal componente del tabaco, produce la dependencia; monóxido de carbono, que es un gas que procede de la combustión incompleta de la hebra de tabaco; gases irritantes, que afectan al aparato respiratorio, y sustancias cancerígenas, como el benzopireno, que se forman durante la combustión del tabaco o del papel de los cigarrillos.

Al fumar, no sólo los fumadores son afectados, también lo son las personas más cercanas: los fumadores pasivos, que incluso llegan a ser los niños, que absorben las partículas que se impregnan en las ropas de los fumadores activos.

El Sistema Nacional de Salud, por su parte, ha dicho que se gasta alrededor de 30,000 millones de pesos en la implementación de consultas por padecimientos relacionados al tabaquismo y fomento de las normas antitabaco. “El gasto que las instituciones de salud pública hacen es casi igual a la derrama económica que dejan los impuestos por la venta de cigarros, por lo que la ventaja monetaria es casi nula y los problemas son mayores”, dicen los funcionarios de la dependencia.

Además, por si no me cree, le diré que ya hay un grupo de científicos que encontró la primera evidencia biológica directa de que fumar destruye las células del cerebro y además detiene la producción de las mismas. Y esto, obviamente, ha provocado que las asociaciones antitabaco señalen que ello aporta un mayor incentivo para dejar de fumar. Pues sí, ni modo que dijeran lo contrario, ¿no?

Sí, en serio. Mire, le diré cómo estuvo eso: unos franceses permitieron que tres grupos de ratas consumieran cantidades bajas, medianas y altas de nicotina, mientras que un cuarto grupo no tuvo acceso alguno a la nicotina. Hagan de cuenta que éramos usted, yo y otros dos amigos encerrados ahí en la soledad de un laboratorio: ni más ni menos.

Bueno, los franchutes permitieron que las ratas señaladas absorbieran la nicotina durante una hora diaria durante 42 días; después fueron sacrificadas y sus cerebros analizados minuciosamente. ¿Saben que encontraron los francófonos? Pues que los roedores que tomaron dosis medianas y altas de nicotina, sufrieron una pérdida de producción de nuevas células cerebrales mayor al 50% en relación con el grupo que no consumió nicotina. También se observó un porcentaje mayor de muerte de células cerebrales.

Los investigadores también encontraron que todos los roedores que consumieron nicotina sufrieron de una baja en la proteína PSA-NCAM, que juega, según me explicó el Polacas, un papel vital en la adaptabilidad del cerebro y está relacionada con su habilidad para aprender y memorizar.

“Estos resultados —dijeron los investigadores— generan una preocupación adicional sobre las consecuencias que el abuso de la nicotina puede traer para la salud, y abren una nueva perspectiva sobre los posibles mecanismos neurológicos de la adicción al tabaco”.

Ahora que si usted está empeñado en no dejar de fumar aunque corra el riesgo de contraer cáncer de pulmón y vías respiratorias, pues le diré que unos investigadores australianos han descubierto que masturbarse con ahínco reduce el riesgo de desarrollar cáncer de próstata; o sea, unas por otras, como se dice: Según un estudio que realizaron estos investigadores del Consejo de Cáncer de Victoria, en Melbourne, se determinó que los hombres que se masturban al menos cinco veces a la semana, son un 30% menos propensos a desarrollar este tipo de padecimiento. Con todo, como usted ya estará imaginando, ésta es otra historia.

La historia de hoy tiene que ver con fumar y dejar de fumar. Y eso también es un tema que le compete a las universidades: de hecho, la Ley General para el Control del Tabaco, publicada en abril de 2008 y reformada en enero de 2010, señala en algunos apartados:

“Artículo 1. La presente Ley es de utilidad pública y sus disposiciones son de orden público e interés social y de observancia general en todo el territorio nacional y las zonas sobre las que la nación ejerce su soberanía y jurisdicción. A falta de disposición expresa se aplicará supletoriamente la Ley General de Salud.

Artículo 5. La presente Ley tiene las siguientes finalidades:

I. Proteger la salud de la población de los efectos nocivos del tabaco; II. Proteger los derechos de los no fumadores a vivir y convivir en espacios 100% libres de humo de tabaco; III. Establecer las bases para la protección contra el humo de tabaco.

Artículo 6 menciona: “Para efectos de esta Ley, se entiende por: X. Espacio 100% libre de humo de tabaco: Aquélla área física cerrada con acceso al público o todo lugar de trabajo interior o de transporte público, en los que por razones de orden público e interés social queda prohibido fumar, consumir o tener encendido cualquier producto de tabaco.”

En su Capítulo III. Consumo y Protección contra la Exposición al Humo de Tabaco, establece:

“Artículo 26. Queda prohibido a cualquier persona consumir o tener encendido cualquier producto del tabaco en los espacios 100% libres de humo de tabaco, así como en las escuelas públicas y privadas de educación básica y media superior. En dichos lugares se fijará en el interior y en el exterior los letreros, logotipos y emblemas que establezca la Secretaría.

Artículo 27. En lugares con acceso al público, o en áreas interiores de trabajo, públicas o privadas, incluidas las universidades e instituciones de educación superior, podrán existir zonas exclusivamente para fumar, las cuales deberán de conformidad con las disposiciones reglamentarias:

I. Ubicarse en espacios al aire libre, o II. En espacios interiores aislados que dispongan de mecanismos que eviten el traslado de partículas hacia los espacios 100% libres de humo de tabaco y que no sea paso obligado para los no fumadores”.

Artículo 28. El propietario, administrador o responsable de un espacio 100% libre de humo de tabaco, estará obligado a hacer respetar los ambientes libres de humo de tabaco establecidos en los artículos anteriores.”

Por lo pronto, lo invito a que dejemos de fumar, y hoy es un buen día. No nos vaya a pasar lo de los ratones, y ya no está uno para andar pasando vergüenzas con eso de traer nada más medio cerebro, como muchos que ni siquiera fuman...

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viernes, 28 de mayo de 2010

Dios, la suerte o los demás…

Algo pasa con nosotros, los mexicanos, que siempre estamos dejando todo en manos de dios, de la suerte o de los demás, sobre todo a esos demás que son extranjeros. Todo va a suceder mañana. Somos el pueblo del mañana, un pueblo que no le gusta comprometerse porque —según nuestra tonta idiosincrasia— así no se corre el riesgo de cometer errores; por lo tanto, siempre andamos como Pilatos, lavándonos las manos en cualquier charquito teórico, que para eso existen las filosofías baratas que tanto esgrimen nuestros políticos región cuatro.

En la calle que generosamente nos deja habitarla, los vándalos pintarrajean las paredes constantemente, y apenas cae la noche, se desatan los estéreos a todo volumen para mostrarnos lo peor de nuestra regionalidad, de nuestra esencia campirana, con un destemple propio de interpelaciones —con cabeza de cerdo incluida— en medio de informe presidencial. ¿Cómo reconquistar la tranquilidad? ¿Cómo volver a los viejos tiempos que tanto añoran nuestros padres? Eso es algo prácticamente imposible: las autoridades se pierden en argumentaciones que banales que terminan en un simple: no hay patrullas suficientes, no hay policías suficientes, no hay nada suficiente... Y se acabó. Lo único que sobra es la demagogia y la mala, pésima práctica de la política: otra vez a lo mismo, dirán.

Como vemos, la violencia carcome al país, nos carcome poco a poco la poca paz espiritual que nos dejan para sobrevivir un día más. Levantamos rejas y púas para defendernos de los maleantes de poca monta, y elevamos plegarias para que un dios ocupado en las grandes cuestiones macroeconómicas nos salve con toda su infinita bondad de la delincuencia bien organizada y mejor armada. No es gratuito, entonces, que miles de compatriotas decidan cada mes largarse del país con una carga de melancolía y amargura en el alma, y se internen en una tierra que, pese a todas las leyes discriminatorias, resulta menos peligrosa que su propia patria, su nación, su alma terra.

De alguna manera, esas rejas, esas púas, esas plegarias, esa incertidumbre permanente reflejan el fracaso del Estado: los mexicanos debemos defendernos con nuestras propias fuerzas, con nuestros propios recursos porque la autoridad ha fracasado en su principal cometido: la seguridad. Esta incapacidad no es patrimonio de un partido ni de una ciudad. Digan lo que digan las estadísticas oficiales, la violencia forma parte del día a día de los mexicanos, de los ciudadanos de Hermosillo y Nogales, de Ciudad Juárez, de Morelia, de Oaxaca y de todos esos rincones de un país cansado y harto de tanta demagogia y de tanta ineficiencia oficial.

Bien dicen que la violencia es una epidemia que no hace excepciones. Nadie se salva. Pero, al igual que con las enfermedades graves, sólo los ricos pueden atenderse en Houston o irse a vivir —o huir, como es el caso de muchos delincuentes de cuello blanco— a Canadá. El resto de la población nos quedamos aquí, participando en una orgía de violencia en la que no queremos estar, mientras la alta burocracia y los vividores de las legislaturas se resguarda tras de sus escoltas y vidrios blindados. Este es el verdadero “banquete del Bicentenario”, un ambiente nada propicio para festejar.

Bien dicen los expertos que en el México actual, la violencia es mayor que en Ruanda y Congo, lo cual no significa que las pobres y devastadas naciones africanas, víctimas de terribles luchas fratricidas, hayan mejorado. La verdad es otra: en México la violencia es una enfermedad imparable que se ha diseminado por doquier. La posibilidad de morir en la calle ha aumentado gracias a los terribles desatinos, a la inoperancia, y a la falta de visión de los gobiernos de Calderón, de Fox, de Zedillo, de Salinas de Gortari y de todos los previos.

La violencia y sus consecuencias han sido terribles: el miedo se ha convertido en norma, la inversión ha decaído, la desconfianza se ha multiplicado y los impuestos que todos pagamos de poco sirven. El problema ha adquirido dimensiones inconmensurables. Se ha reproducido en forma geométrica y no hay visos de mejoría. Tanto el narcotráfico como la corrupción han rebasado lo “permisible”. Para quienes la ejercen, la violencia carece de límites.

Se puede decir, entonces, que la violencia es endémica. Lo mismo sucede con la corrupción, con la impunidad, con la injusticia, con la pobreza, con los políticos ladrones y con la mediocridad de nuestros gobernantes. Mientras que Calderón crea que los jóvenes se acercan a las drogas por ser ateos, y el resto de los políticos se dediquen a golpear a los rivales de otros partidos en vez de trabajar, no habrá solución. La única solución que proponen es dejarles a otros que resuelvan nuestros problemas.

Por ejemplo, y muy reciente, dice el doctor José Luis Camba Arriola —egresado de la Universidad Complutense de Madrid, donde realizó estudios en Sociología y Ciencias Políticas— que parece haber un acuerdo generalizado en que los “norteamericanos” deben responsabilizarse por el tráfico ilegal de armas hacia México. Calderón se lo exigió a los miembros del Congreso vecino. En México, a todos les pareció bien y se lo aplaudieron (a pesar de que todos, Obama, el Felipe, los congresistas e incluso los de los aplausos, saben que eso no va a ocurrir). La confusión sobre el uso de los militares para combatir delitos es tal que nadie parece darse cuenta de lo esencial: “lo más sencillo suele ser la mejor respuesta”: el principio de la “Navaja de Ockham”, pues.

Coincido con Camba en que aquí y en China, los militares deben tener como único propósito resguardar la soberanía de un Estado, pero resulta evidente que muchos confunden la soberanía con la ausencia de violencia y por eso mandan a los militares a realizar trabajo policíaco. Encima de tal desatino, los políticos y los militares ya anunciaron que el retiro de las fuerzas armadas de las calles del país no ocurrirá pronto. ¿Por qué? Pues en realidad, porque las mandaron a realizar una tarea que les es impropia.

Camba Arriola subraya que la principal cualidad de un político (quizás la única), es saber para qué sirven los demás (personas, instituciones, cosas, presupuestos, actos, etcétera). Es evidente que si alguien no sirve para algo, deben aprovecharlo para lo que sí sirve. La utilidad deviene directamente de la preparación. Pues bien, resulta que si los militares sirven para defender la soberanía, en este momento tan difícil eso es lo que podrían estar haciendo. La pista se la dio el propio Obama a Calderón el martes 25 de mayo: mandó otros 1,200 guardias nacionales a vigilar la frontera con México.

Los vecinos del norte consideran, de forma atinada, que el control de sus fronteras es una cuestión de seguridad nacional; es decir, de soberanía. No quieren drogas o inmigrantes ilegales y deciden poner militares en su frontera para evitar ambas cosas. No esperan que México impida alguna de las dos cosas (saben que no puede y aunque pudiera es una cuestión soberana de los E.E.U.U., y no se la dejan a alguien más). No mandan a los guardias nacionales a vigilar las calles y buscar inmigrantes ilegales o narcotraficantes o droga; no, ese trabajo se lo dejan a las diversas policías (incluso los arizonenses, con su nueva ley, lo dejaron en manos de la policía). Para mandarlos a las calles, hay que declarar estados de emergencia (lo que por cierto solicitan los gobernadores al Presidente, por ser facultad soberana de cada estado) y cumplir una serie de requisitos de tiempo y lugar para garantizar una salida expedita de las fuerzas armadas. Es decir, exactamente lo contrario que estamos haciendo en México.

Nos quejamos de que los norteamericanos no impiden que las armas se trafiquen a México. Bien, mandemos —que es un falso colectivo, ya sé— a los militares a cuidar las fronteras para evitar que entre armamento y dinero sucio (cuidar las fronteras es por antonomasia defender la soberanía, lo cual es tarea de los militares, ¿se acuerdan?). No necesitamos pedirles a los vecinos que lo hagan por nosotros; esa es una tarea nuestra; es decir, de nuestros militares, que es decir que de nuestro gobierno… si hay uno interesado en defender esa soberanía y no anda de viaje o tratando de engatusarnos con vanas celebraciones centenarias y bicentenarias, se entiende… pero ¿en realidad se entiende? (Mañana les contesto).

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jueves, 27 de mayo de 2010

La animalidad que todos llevamos dentro...

Yo me la llevo leyendo y escribiendo. En serio. Es todo lo que hago en el día. Como ni soy tesorero ni trabajo en recursos humanos ni administro nada, pues no tengo necesidad ni siquiera de andar bien presentable para que la gente me vea glamoroso aunque no haga nada: bueno, aunque haga como que hago algo, aunque sea puro blof. Sí, ya sé que usted, amigo lector, dirá que soy un flojonazo, un ocioso, un bueno para nada. Seguro utilizará una palabrota para definirme mejor, una que empieza en “huev” y termina en “ón”, y en medio no lleva nada, como el cráneo de algunos legisladores y no pocos funcionarios, adjuntos y similares que nos amargan el día con su existencia: ni modo, tolerancia ante todo, dirá el Papa disfrazado de Gandhi. En fin...

Bueno, yo que no hago nada más que perder el tiempo en lo que los clásicos llamaban el ocio productivo, leí que hace algunas semanas apareció en Facebook la tortura hasta la muerte de un perro callejero a manos de tres jóvenes estudiantes del Conalep en Tepic, Nayarit. La crueldad e indiferencia de los jóvenes ante el sufrimiento y el terror sufrido por el perro pone los pelos de punta a cualquiera, amante de los animales o no.

Carlos Monsiváis mencionó alguna vez: “Los animales tienen derechos, negar que sufren y reírse de este sufrimiento es, como se le quiera ver, otra prueba de la deshumanización. El ser humano no puede ni debe celebrar el dolor infligido a seres vivos, ni tiene sentido negar que tal insensibilidad se traslada luego y con fuerza a la furia contra seres humanos”. Pudiera ser, cómo no, que uno que patea perros luego le dé por patear personas.

Dice Norma Lazo en su columna “Un mundo raro” que los defensores de los derechos de los animales, ya sean luchadores dentro del marco legal o simplemente por sentido de piedad, suelen ser juzgados por la mayoría de la población como frívolos e ingenuos al preocuparse por la situación de los animales cuando existen actos igualmente violentos y crueles contra niños, mujeres, ancianos, hombres. Al respecto, la opinión generalizada es que se pierde el tiempo en causas nimias mientras que las verdaderas grandes causas se dejan pasar por alto.

Lazo agrega que tanto el Estado como quienes permanecen indiferentes ante estos hechos olvidan que una de las señales del subdesarrollo es la incapacidad para relacionar las cosas, para acumular experiencias y desarrollarse, porque permanecer indiferentes ante la inclemencia que estos jóvenes mostraron por el sufrimiento y el terror que sufrió este animal es olvidar que vivimos en un país donde la decapitación, muchas veces con la víctima aún con vida, es una forma natural de escarmiento entre bandas delictivas; es olvidar también la indiferencia del asesino o el violador ante el pánico de su víctima.

En un ejercicio por relacionar, no extrañaría pensar que, así como puede considerarse divertido infligir sufrimiento y dolor a un animal, más tarde resulte divertido infringirlo a una niña, a otro adolescente o a un anciano, como se ha visto innumerables veces en las redes sociales y en Youtube, como generoso costo del posmodernismo electrónico que a todos nos iguala y nos hermana. Si bien no todos los que torturan animales terminan convertidos en asesinos, casi todos los asesinos alguna vez torturaron animales.

Como ejemplo, señalaremos que un estudio realizado en 1997 por la Northeastern University y la Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales de Massachussets arrojó que los maltratadores de animales tienen cinco veces más probabilidades de cometer actos violentos contra seres humanos, y son cuatro veces más proclives a cometer crímenes que los individuos sin un historial de abuso animal. A lo que también podemos añadir la clásica triada que la Unidad de Análisis de Conducta del FBI relaciona con los asesinos seriales: incontinencia, abuso animal y piromanía, por ello, los defensores de la teoría del corto circuito del cooler enseguida de la guardería ABC han de intentar dormir tranquilos con dosis triples de somníferos, cuando en su infancia patearon a todo aquel vecino que se les cruzó por enfrente.

Así, condolerse por el destino de ese perro en Tepic no es del orden del sentimentalismo atribuido a las personas que les gustan los perros y los gatos, y del mismo modo resulta erróneo creer que, como México es un país herido y desgarrado por la violencia cotidiana que rebasa cualquier límite imaginario —aunque Calderón trate de vender una imagen guadalupana del país, disfrazándolo en un manto de angelitos y estrellas de un bicentenario y un centenario más falso que las promesas de campaña—, señalar estos actos es una pérdida de tiempo. Por el contrario: justo porque México es un país herido y desgarrado por la violencia resulta necesario y urgente denunciar estos actos.

La postura del gobierno ante la vejación y la crueldad hacia los animales nunca ha sido clara. Si bien el artículo 20 de la Ley Federal de Sanidad Animal garantiza que exista una relación entre la salud y el bienestar de los animales, para lo cual se requiere proporcionarles alimentos y agua suficientes; evitarles temor, angustia, molestias, dolor y lesiones innecesarios; mantenerlos libres de enfermedades y plagas, y permitirles manifestar su comportamiento natural, los métodos utilizados para el control de la sobrepoblación canina y felina dista mucho de lo que predica la Secretaría de Salud. El procedimiento que se emplea desde hace más de 40 años es el sacrificio. La solución es terrible en sí misma, pero más imperdonables son los métodos de electrocución y pistolete de émbolo oculto que se emplean para tal efecto, y también se presume que frecuentemente son asesinados a palos. Los encargados de los centros de exterminio se amparan diciendo que trabajan bajo la supervisión de una APA (Asociación Protectora de Animales), y que el método de electrocución está respaldado por la Norma Oficial Mexicana (NOM).

No obstante los perros y gatos que van a ser sacrificados viven un infierno desde el mismo momento en que son capturados por dependientes que hacen gala de violencia y salvajismo —no sólo en la captura sino también durante los días en que los animales permanecen en los centros de exterminio. Esta ambivalencia es la misma que atestiguamos en tantas otras situaciones de maltrato y vejación de seres humanos, actos en los que el Estado mira hacia otro lado o, en el peor de los casos, se colude.

Lazo menciona que en El animal que luego estoy si(gui)endo, Jacques Derrida subraya que la tradición filosófica ha ignorado el sufrimiento animal, pues lo ha tratado como algo opuesto al hombre, olvidando la animalidad que hay en nosotros mismos. Al recibir el premio Theodor W. Adorno, como parte de su discurso Derrida explicó que abordaría el tema de la animalidad, y dijo: “Para un sistema idealista, los animales jugarían virtualmente el mismo papel que los judíos en un sistema fascista”.

Señalar estos actos apunta a una responsabilidad social sobre el que se encuentra en desventaja. Es pensar en el huérfano, el caído en desgracia, el débil, el que no puede defenderse. El abuso y la crueldad esgrimida por quienes están en una situación de poder sobre aquellos que no lo están, producen tanto horror y desasosiego porque se trata de un asunto de poder, un poder detentado con crueldad, alevosía y ventaja, sin un ápice de piedad por el sufrimiento ajeno de quien está quebrantado frente a ellos. Es una situación que se alinea con la aceptación de la crueldad, el maltrato y la indiferencia de cualquier totalitarismo. Como Derrida escribió: “el fascismo empieza cuando se insulta a un animal, incluso al animal que hay en el hombre”.

Yo no sé, yo nomás leo y escribo. No sé mucho de crueldad animal, más la que veo a diario en la prensa: los atentados que sufrimos todos cada día por aquellos que creen ostentar al menos una mínima y transitoria cuota de poder y que están convencidos —mejor: obsesionados— que deben imponer su sello personal, su soberbia —que no es más que ignorancia institucionalizada por un papel— y tratar con la punta del pie a quienes creen o sienten de menor jerarquía, porque —nos guste o no— en nuestra sociedad, como en los diferentes océanos del mundo, “hay niveles”, como dijera una vez Elsa Mora, muriéndose de risa frente a sus vecinas. Qué poca máuser, en serio. Mmmm…

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miércoles, 26 de mayo de 2010

Ser líder sindical es un oficio que apasiona…

Dicen que debemos conocer nuestro pasado para no repetir nuestros errores. También dicen que en los países verdaderamente civilizados la historia no se repite. Pero en México aún no hemos terminado de escribir la historia sino que estamos repitiendo una y otra vez los mismos pasajes del pasado que aún no se convierten en historia. De hecho, estamos tratando de repetir un bicentenario en un centenario que parece un hoy largo y enfadoso, como las noticias que genera la desparición-levantón-secuestro del Jefe Diego. En fin…

Para muestra de lo que digo en eso de repetir y repetir y repetir lo mismo ad nauseam, ex timado lector, está este botón basado en el libro Crónica Mexicana del Siglo XX, que ahora me permito compartir con usted para pegarnos un quemón en miércoles (al fin que quiebra semana, decía la Chévelin en aquellos mozos y hermosos años) y después pistear con la conciencia en paz para celebrar el cumpleaños del Polacas, al que no están invitados los militantes del PRI, del PAN ni del Verde Oportunista. Sólo los del PUS, para acabar pronto… con el barril. Ajá.

La historia es muy sencilla: en la década de los 20, se consolidó el sindicalismo que rigió los destinos de la clase obrera en México durante prácticamente todo el siglo pasado. Destacan tres figuras: Luis N. Morones, el líder obrero más importante de los primeros años; Vicente Lombardo Toledano, primer dirigente de la Confederación de Trabajadores de México, y Fidel Velásquez, que controló el panorama obrero hasta su muerte, acaecida el 21 de junio de 1997.

Morones participó desde muy joven en las luchas sindicales de la Compañía de Luz y Fuerza, y en 1918 comenzó su carrera ascendente al formar la primera central sindical importante: la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), clave en la conformación del movimiento obrero, pues sentó las bases del sindicalismo vinculado al Estado, al apoyar una amplia colaboración no política con el gobierno, marginando las concepciones anarco-sindicalistas. La hegemonía de la CROM estuvo en manos del grupo “Acción”, encabezado por el mismo Morones.

Morones fundó también el Partido Laborista Mexicano, como brazo político de la CROM, el cual le redituó importantes posiciones. Con Obregón, Morones fue diputado, gerente de la Compañía Telefónica y Telegráfica y director de los Establecimientos Fabriles Militares. Durante el callismo, la CROM llegó a contar con 11 de los 48 senadores, y 40 de los 270 diputados; igualmente, Morones encabezó la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo.

Desde su posición de poder, los cromistas monopolizaron la vida sindical e incluyeron a todos los nuevos gremios de trabajadores, pues su registro dependía de la secretaría que ellos encabezaban. A Morones se le ha responsabilizado de ser uno de los artífices del conflicto religioso que dio origen a la guerra cristera, al intentar la división de la Iglesia católica mediante su apoyo a la toma del templo de la Soledad y a la creación de una iglesia nacionalista.

En esta época Morones se sentía presidenciable (como el montón de individuos e individuas que se han colgado de sus egos para hacer promocionales y pasárnoslos como si los hubiéramos pedido a gritos para el 2012, principiando por el Gelboy Peña Nieto, hijo de Peña y nieto de Nieto, y terminando precisamente con el Gel Boy Peña Nieto), razón por la cual comenzó una pugna con Obregón cuando éste pretendió reelegirse en 1928. Marginado de esta lucha, públicamente apoyó al candidato de una manera condicionada, mientras en privado boicoteaba dicha candidatura.

El 30 de abril de 1928, al celebrarse el Día Internacional del Trabajo, Morones hizo pública su ruptura con Obregón, por lo que muchos sospecharon que estaba detrás del fanático que asesinó al sonorense. Esta presunción fue su ruina política: a fines de 1928, durante la IX Convención de la CROC, varios grupos se separaron de ese organismo, hecho que el pueblo bautizó como el “desmoronamiento”. Uno de los líderes más importantes, Vicente Lombardo Toledano, pidió la desaparición del Partido Laborista y, ante el acoso de los moronistas, en 1932 fundó la llamada “CROM Depurada”, dando el golpe mortal a la ya debilitada organización tras el nacimiento del PNR.

De estas rupturas destaca el nacimiento del grupo denominado Los Cinco Lobitos, de donde surgió Fidel Velásquez, y que fue apoyado por el presidente Emilio Portes Gil para socavar las bases sindicales de Morones. El papel de la CTM en sus primeros años fue de apoyo fundamental para realizar las reformas cardenistas, así como la expropiación petrolera y la nacionalización de los ferrocarriles.

En 1941, ante la derechización del país, Fidel asumió la secretaría general de la CTM hasta 1947, cuando Fernando Amilpa asumió el cargo, época durante la cual Lombardo fue expulsado de la organización. A partir de 1950, Fidel se convirtió en líder de la CTM, cargo que mantuvo durante 47 años, algo así como el otro Fidel, el del “comes y te vas”.

Lombardo inició su carrera en el sindicato magisterial (había formado parte del grupo de los Siete Sabios y de la dirección de la CROM. Tras el desmoronamiento salió de la CROM para unirse a Fidel en 1933. Tres años después (con Fidel, y en alianza con los comunistas y los socialistas) formó la Confederación de Trabajadores de México, de la que fue primer secretario general (de 1936 a 1941) y que regiría los destinos de la clase obrera hasta la crisis del PRI.

Importante ideólogo del nacionalismo revolucionario, fue figura importante en el proceso de nacionalización del petróleo, Lombardo abandonó la CTM en 1947 y formó la Unión General de Obreros y Campesinos de México (UGOCM) y el Partido Popular (PP), al que en 1960, a raíz del triunfo de la revolución cubana, le añadió la palabra Socialista. Fue diputado en tres ocasiones y candidato a la presidencia de la república por el PP en 1952 por la mañana. Murió en 1952 por la tarde.

Hacia 1942, la CTM, baluarte cardenista de los trabajadores, empezó a sustituir su lema de “por una sociedad sin clases” para favorecer otro más ambiguo: “por la emancipación de México”, lo que da cuenta de su paulatina transformación y alejamiento de los intereses de los trabajadores, y en octubre de 1947, decretó que todos sus miembros pertenecieran al PRI, en un corporativismo salvaje y grotesco, por decir lo menos.

Antes de morir, Fidel Velásquez ordenó a los cetemistas apoyar al PRI en las elecciones del año 2000. Su sucesor, Leonardo Rodríguez Alcaine, pintoresco líder electricista que se distinguiría por su lenguaje procaz y disparatado, sucedió a Fidel al frente de la central obrera, y después se murió, para seguir los pasos de su jefe Fidel. Y como lo hiciera el Lobito Velásquez, antes de morir la Güera Rodríguez, el cuñado de todo México, refrendó su apoyo al Revolucionario Institucional: es que hay vicios que son difíciles de dejar, aunque uno se queme el sindical y corporativo hocico.

Y es que, según se ve, ser líder sindical es un oficio difícil de abandonar, ya ven el desgreñadero que traen los miembros del Sictuhsa y los del Cohtapsa en su afán por manipular los destinos del transporte público en Hermosillo, que si uno sigue los hilos hacia arriba de ambas siglas, verá que todo se reduce a una pugna política entre lo peor del gobierno estatal contra lo peor de lo que queda del transporte bursista.

Y ni hablar de otros líderes sindicales que son como los profesionales de partido político: una vez ocupan un puesto, en otra ocasión otro, y después uno más... y todos esos puestos merecen que le destinen todo su horario laboral; es decir, no trabajan pues, mientras las bases se parten el lomo de sol a sol, no como yo, claro, sino como la gente que de verdad trabaja, como usted, amigo lector... je...

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martes, 25 de mayo de 2010

¿Cómo les diré...

¿Que si cuál es la importancia de Diego Fernández de Cevallos en esta administración federal?
Pues, ¿cómo les diré...?
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Se equivocó de país…

Definitivamente, Felipe Calderón debió haber sido presidente de Estados Unidos de América. Spurious or not.

Así no tendría que andar por el mundo esquivando las críticas de sus connacionales mexicanos, tan amargados porque la economía no funciona, ni la seguridad ni la educación ni el empleo ni nada que tenga que ver con el bienestar de una población harta hasta de estar harta.

No, así ningún connacional puede apapacharlo. Ni en la más optimista de sus demagogias podría hacerlo.

Pero los gringos sí lo quieren mucho. Al menos los gringos documentados del Congreso norteamericano. Aunque para ser sinceros, sólo los demócratas, porque los republicanos lo ven como la gobernadora de Arizona ve a los indocumentados: con una apariencia de mojado que no puede con ella.

Pero allá ella, y acá él. Acá, en nuestra realidad mitad ficción mitad discurso político.

Pero allá, en el otro lado, en Washington, a donde se tardó tres años y medio en llegar, la realidad de Calderón, mezclada con esa ficción tipo gringa, se convirtió en un discurso de 30 minutos, que la semana pasada fue interrumpido 27 veces para ser ovacionado sin que nadie le sacara una pancarta ni le gritara en sus narices que lo que estaba diciendo eran puras mentiras, en inglés, ciertamente, pero mentiras al fin.

Ahí, frente a nuestros “primos”, diría el estulto Raúl Velasco, el Felipe Calderón pidió al Capitolio una reforma migratoria y freno a la venta indiscriminada de armas. Sin embargo, luego del acto (es decir, de la ceremonia, no del acto que se está imaginando, cochambroso lector) los legisladores republicanos descartaron eventuales acuerdos en ambos temas. O sea, lo batearon presidencialmente por todo lo profundo del jardín central.

Durante la sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos, el Calderón Hinojosa hizo patente su desacuerdo con la idea de que los rasgos raciales sirvan de base para aplicar la ley. ¡Uy!

La mayoría demócrata fue evidente. Pero los legisladores republicanos permanecieron sentados observando, con el ceño fruncido, cómo el presidente de lo que ellos llaman su patio trasero se llevaba las palmas en su propio territorio.

Esos republicanos salieron del salón inmediatamente después de que Calderón lanzara el God bless America y el Viva México con el que cerró su discurso y, a diferencia de los demócratas y demás asistentes, no esperaron a saludar al mexicano.

Legisladores demócratas, invitados, staffers (cuerpo de asesores) y pajes (preparatorianos), que se encargan de ocupar algunas de las curules que quedan vacías, dieron un marco entusiasta al mensaje que desde ahí dirigió, en español, Felipe Calderón a los mexicanos indocumentados en EU para garantizarles que está luchando por sus derechos.

A esos que desesperanzados cruzaron el desierto estadounidense de manera ilegal, les habló del sueño de que un día no tendrán que dejar en México a su familia. Quizá con eso les dijo subliminalmente que tendrían que llevársela con ellos. Ni modo. Así es este hombre: cuando dice si quiere decir no, y cuando dice que no subirán los impuestos quiere decir arriba las manos, y cuando dice que ya no más tenencia vehicular, quiere decir ¡Ay, ingenuotes! o algo peor…

El Felipe Calderón buscó en el Capitolio lo que no ha podido logar el hombre más poderoso del mundo, Barack Obama: convencer a los republicanos de una reforma migratoria y frenar la venta indiscriminada de armas.

Sin embargo, Calderón se encontró con la realidad bipartidista estadounidense: los demócratas (de los Kennedy, los Clinton y los Obama) abiertos a la migración, y los republicanos, reacios al tema, cuya ideología (y recursos financieros para soportar con facilidad esa ideología) cuenta con un respaldo tal que es posible que se aprueben leyes como la SB 1070 de Arizona.

Esos republicanos, a los que el propio Obama ubicó como los 60 votos que le faltan para respaldar una iniciativa de ley migratoria que prospere, escucharon ayer a Calderón decir que no es un presidente al que le dé gusto ver a los mexicanos abandonar su país y recordarles que esos paisanos trabajan por la grandeza de Estados Unidos. Y es que simplemente no le da nada: ni gusto ni tristeza porque esos ciudadanos de tercera no existen para él, como lo ha demostrado con firmeza, ciudadanos que no necesitan irse del país, sino que aquí mismo son barridos por las balas de la delincuencia, es cierto, pero también de los efectivos y militares que ampara el propio gobierno federal. Es decir, ni para dónde hacerse.

Setenta por ciento de las curules de la Sala del Pleno del Capitolio fueron ocupadas por invitados y la comitiva mexicana, a la que se sumaron la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes —quien cuando el Presidente finalizó su discurso, levantó el dedo pulgar en señal de aprobación—, así como los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado, Francisco Ramírez Acuña y Carlos Navarrete, respectivamente, que no iban a perder la oportunidad de echarse un viajecito para ir por la fayuca, como decían antes los propios legisladores.

El legislador perredista aplaudió y hasta se puso de pie en algunas ocasiones ante la ovación emocionada de los demócratas, pero después cayó en el tedio que generaron los aplausos ante cualquier frase del Felipe Calderón.

Más tarde, legisladores republicanos manifestaron su rechazo a las exigencias del mandatario mexicano, principalmente la que se refiere al freno de la venta de armas.

John Cornyn afirmó que el problema de seguridad que enfrenta México no tiene que ver sólo con la presencia de armas. “Tengo mucho respeto por el presidente Calderón y su compromiso de combatir a los cárteles, pero no creo que los estadounidenses deban renunciar a cualquiera de sus libertades en respuesta a los problemas de otro país”, enfatizó.

A su vez, Jeff Sessions consideró que tal prohibición resulta innecesaria, porque ya existe una sobre las armas automáticas, además de que no existe el respaldo político para instaurar esa prohibición.

“No creo que pueda pasar. La petición que más hacemos es contra el movimiento ilegal de armas a México. Eso lo apoyo, creo que ese es una petición legítima”, señaló.

Por su parte, el demócrata Elliot Engel dijo estar a favor de la solicitud del mandatario mexicano, por ser algo que tiene “sentido común”.

“Creo que no tiene sentido tener cualquier arma para actividades que no tienen que ver con la caza”, una prohibición de ese tipo no truncará el derecho de los estadounidenses a portar armas, subrayó.

“No tiene que ver con el derecho constitucional de portar armas. Eso es ridículo”, aseveró

Sin embargo, los analistas nacionales de acá no fueron tan benévolos con el discurso de Calderón ante el Congreso gringo. De hecho lo calificaron como un discurso dicho allá para que se escuchara acá. O como diría el extinto Fausto Soto Silva: “Te lo digo, Juan, para que lo escuches, Pedro”.

Tampoco debemos cerrar los ojos ante el peso de la realidad. Cualquier discurso que se pronuncie en esos espacios legislativos de Estados Unidos debe pasar por el tamiz que impone el propio gobierno: ni modo de permitir que venga cualquier persona a querer provocar un incendio en su propia casa. Y los propios legisladores nacionales ya mencionados, que son unas verdaderas chuchas cuereras prendidas de la ubre del sistema, saben esto y deben hacerle el juego allá a nuestra democracia región cuatro, aunque al pisar el territorio nacional todo vuelva a su nivel de descrédito y a proferir denuestos contra todo lo que se mueva en aras de la presidencia el 2012.

Sí: definitivamente, Felipe Calderón debió haber sido presidente de Estados Unidos de América. Bien dicen sus detractores que este muchacho se equivocó de país, porque el México que él describe en sus discursos nos recuerdan a los cuadros que pintara Bob Ross: con economía feliz, seguridad pública feliz, alegres soldaditos resguardando la paz social, ciudadanos felices que llegan a las ventanillas de Hacienda a dejar los ingresos de toda su vida para pagar impuestos que los grandes empresarios, confabulados con éste y anteriores gobiernos, no pagan ni pagarán jamás: es el costo de la democracia, amigos… mientras el Jefe Diego sigue perdido en ese laberinto de contradicciones y mentiras que las propias autoridades ha creado con sus boletines infaustos y sus contubernios obscenos…

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lunes, 24 de mayo de 2010

‘Tán xodidos los panistas…

Ayer fue domingo. Y ayer, como casi todos los domingos, bajó mi primo el Chato Peralta a la casa de Doña Olga a ver qué pepenaba de comida, bebida o lo que fuera: nomás dio los buenos días, pidió un tazón de café negro a quien quisiera servírselo —“Pa´bajar la cruda”, dijo de manera innecesaria, porque es su estado natural los domingos por la mañana— y se puso a leer el periódico. El Imperial, ni modo: por eso está tan tonto mi primo, qué le vamos a hacer. Y luego, con todo el cinismo del mundo, confiesa que por las noches mira el informativo Entre Tontos. “Pues has de ser el único que lo ve en todo el mundo —le reviró la Oyuki el otro día, cuando se estaban peleando por aquello de las ficciones, y remató—: por eso y nada más que por eso estás tan pendejo, primito”, subrayó con una sonrisa ladeada y socarrona, como de tiburón venenoso detrás de un cardumen de sardinas en aceite, que son las ricas, decía la Betty, dios la tenga en santa gloria, tzingao!

El caso es que el Chato leyó de punta a punta, que ya es mucho decir, la nota “Intenta FCH reanimar al PAN”, y justo al leer el último punto (porque mi primo dice que él sí, a diferencia de otros, lee los puntos y las comas) soltó un sonoro: “¡’Tán jodidos los panistas!”, y luego le dio un sorbo al café, que de inmediato soltó sobre una servilleta y luego espetó: “¡A la madre, tía: qué caliente hicistes el café!”, y mi hermana, que en eso de defender a su progenitora se pinta más solita que el llanero solitario, le respondió al indiciado: “¡Pues vete a la chingada, Chato, que aquí no es cantina!”. Les juro que si Pompín Iglesias nos mirara cualquier domingo por la mañana, se soltaría diciendo “¡Qué bonita familia… qué bonita familia!”, aunque así como que muy bonitos no estamos, debo aclarar bajo protesta de decir verdad.

Les decía que al terminar de leer la nota, mi primo soltó aquella jodida exclamación refiriéndose a los panistas, luego vino lo que vino, y después de las aladas palabras de mi hermana, el Chato recompuso la figura y me dijo con una seguridad propia de los nacidos en Santa Rosalía, municipio de Ures, Sonora: “Mira, lo que dice aquí…” y me empezó a leer la nota de marras, y lo hizo de manera tan trastabillante, que me imaginé que las palabras venían borrachas, de bajada y metiéndose zancadillas entre sí, como si fueran mi primo, pero en chiquito…

Les juro que este ca’ón tardó como 40 minutos en leerme esos pequeños párrafos, en parte porque no le entendía a algunos vocablos, en parte porque se detenía a soplarle al café y a echarse un sorbo y en parte porque mi hermana, que es menos sutil que un rinoceronte del Servicio Panamericano, se soltaba riendo en su propia cara cada vez que el tonto del Chato me preguntaba qué significa esta palabra o esta otra…

Bueno, la nota en cuestión decía lo siguiente:

Fresca la derrota en Mérida y de cara a las elecciones locales del 4 de julio, el presidente Felipe Calderón llamó a los panistas a ser más hábiles que sus adversarios y sacudirse la imagen de un partido acosado. Les demandó cambiar de actitud, superar sus rencillas internas, no dividirse en la disputa por los cargos públicos y reorganizarse. En una palabra, el Presidente pidió a los panistas despertar.

“Es la hora de vernos y hacernos ver como el partido que, a diferencia de otros, ha sabido enfrentar grandes desafíos y ha sabido sacar adelante al País a pesar de la adversidad.

“Basta de ser un partido en constante acoso; éste es un partido de ciudadanos que construyen Patria. Basta de ser ciudadanos acosados. Vamos adelante y demostremos lo que somos, lo que queremos, y la gente nos seguirá nuevamente”, arengó el Presidente.

Las palabras de Calderón contrastaban con el ambiente de una Asamblea Nacional fría y desanimada, herida por la ausencia de Diego Fernández de Cevallos y sin sus figuras de antaño: Vicente Fox, Francisco Barrio, Carlos Medina, Ernesto Ruffo. Ninguno de ellos decidió aparecerse en la Expo Bancomer de Santa Fe.

En lugar de los hombres que dieron al PAN sus primeros triunfos, en las primeras filas estaban sentados los personajes incondicionales de Calderón, panistas de militancia reciente convertidos hoy en altos funcionarios del gobierno federal: Alonso Lujambio, Juan Molinar, Patricia Flores Elizondo, Maximiliano Cortázar, entre otros.

De los ex dirigentes nacionales del PAN, sólo Luis H. Álvarez ocupó un lugar en el presidium. Luis Felipe Bravo Mena, hoy secretario particular del Presidente, estaba abajo, a unos metros de Manuel Espino, quien ayer ocupó su tiempo en organizar su movimiento anticalderonista, bautizado como “Volver a empezar”. Germán Martínez, el dirigente de la derrota del 2009, prefirió ausentarse.

En medio del reparto de lugares en el Consejo Nacional, Calderón insistía: “no tengamos miedo. No temamos abrazar nuevamente el ideal de victoria, el ideal de triunfo”.

El Presidente le habló así a un partido que en mayo del 2007, al perder la gubernatura de Yucatán, inició una racha de derrotas que, coincidentemente, tuvo su más reciente expresión en Yucatán, al perder la Alcaldía de Mérida.

Teniendo como trasfondo la derrota en las elecciones federales intermedias y las escasas victorias panistas desde que él es Presidente, Calderón se erigió de nuevo como máximo dirigente del blanquiazul”.

Y luego el Chato me repitió la última línea de la nota: “Calderón se erigió de nuevo como máximo dirigente del blanquiazul”… y si este individuo es el máximo dirigente de los panistas, pues están requetejodidos los panistas, subrayó mi primo, porque no pela un chango a nalgadas, dijo utilizando una sentencia que tiene mucho de oriental, pero tiene más de santarroseño, o como sea el gentilicio de aquel hermoso pueblo casi fantasma de nuestra campiña sonorense. ¡Vale máuser si no!

Pues yo nomás me le quedé viendo al Chato y pensé para mis adentros, que no son pocos, ciertamente, lo que dicen algunos analistas nacionales: todavía hay PAN para rato. No veo cómo asegurar eso. No veo de dónde colgar esa aseveración, porque si vemos las encuestas en todos los estados que estarán en disputa de aquí a julio próximo, veremos que en todas va adelante el PRI, aunque sabemos que eso no es más que un ejercicio que mayormente se utiliza para manipular las intenciones del voto, pero eso no lo discutiremos aquí y ahora… Nel.

Como en todos los partidos, en el PAN también hay gente valiosa que ha sido relegada por esos panistas de militancia reciente, por muchos arribistas, por demasiados cómplices y por los compadrazgos que tanto daño le han hecho al país. Quizá, como dicen, la cuestión de fondo, al menos en estos últimos diez años, es si los gobiernos federales, estatales y municipales que el PAN ha llevado al poder, han estado a la altura de lo que propios y ajenos esperaban. La respuesta es discutible, opinable, lo que sí se puede decir es que, de alguna manera, la elección es la prueba de ácido del partido en el gobierno. Dicen que el PAN lo ha hecho bien en Baja California, no así en Chihuahua y en otros municipios como Veracruz, Mazatlán, Naucalpan, Tlalnepantla y Mérida.

Con todo, los mismos panistas deben reconocer que no les ha ido nada bien en las elecciones desde 2009, y el panorama se ve bastante sombrío hacia el 2012. No debemos regocijarnos porque, en contraparte, al PRI le ha ido muy bien. No debemos olvidar nunca lo que los gobiernos priistas hicieron bien, que no fue poco, pero tampoco lo que hicieron mal, que fue mucho más, y que es la base de la mayoría de los males que cargamos en nuestra cotidianidad, a los que debemos sumar los errores de visión, de administración y de planeación que los gobiernos panistas han cometido gracias a su torpeza, hoy más pública que nunca.

Yo creo que por eso el Chato Peralta dijo lo que dijo, porque si Calderón es el nuevo dirigente panista, no se le augura éxito en la cruzada que significa las elecciones del 2012. Que alguien le ayude al PAN… y de paso que le ayude al país, que ya no está para experimentos políticos ni para regresos mesiánicos…

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domingo, 23 de mayo de 2010

Modelo bombón...

Por Denise Dresser

El copete acicalado. La sonrisa diamantina. La novia famosa. El Gobierno dadivoso. La publicidad omnipresente. La pantalla alquilada. La alianza del guapo y los corruptos. Los componentes centrales del modelo de competencia política que el PRI construye y con el cual logra ganar. Los ingredientes fundamentales de la estrategia que el PRI despliega y con la cual logra arrasar.

Una ecuación cuidada, perfectamente planeada: cara bonita + dinero + televisoras + publicidad + PRI dinosáurico = triunfo electoral. Una fórmula concebida en el Estado de México y ahora instrumentada exitosamente a nivel nacional. Una fórmula patentada por los artífices de la "experiencia probada", en busca de algo que puedan vender como "nueva actitud". El modelo bombón. El modelo "Golden Boy". El modelo Peña Nieto.

Con resultados a la vista y confirmados en esta elección. Distrito tras Distrito, Presidencia municipal tras Presidencia municipal, Diputación tras Diputación, Estado tras Estado. Corredores azules que se vuelven tricolores; bastiones panistas que pasan a manos priistas; territorios del PRD que dejan de serlo. Guadalajara y Zapopan y Cuernavaca y Toluca y Ecatepec y Tlalnepantla y Atizapán y Naucalpan. Tan sólo en el Estado de México, el triunfo en 40 de 45 distritos electorales.

El PRI, beneficiario del voto de castigo por una economía que se contrae más del 7 por ciento. El PRI, beneficiario de la inseguridad que la popularidad presidencial no logra remediar. El PRI, beneficiario de un PRD que se devora a sí mismo y un PAN que se traiciona a sí mismo. Pero más importante aun, el PRI beneficiario de la mejor inversión que ha hecho en tiempos recientes: la campaña publicitaria permanente que lleva a miles de mujeres a exclamar —en mítines de campaña— "Peña Nieto bombón, te quiero en mi colchón".

El "Astro Boy de Atlacomulco", una criatura concebida por la dinastía política más importante del País que ahora busca dominarlo de nuevo. El político Potemkin, producto de un entramado de intereses políticos y empresariales que combina la modernidad mediática para llegar al poder, con los viejos métodos para ejercerlo.

El mexiquense metrosexual construido con carretadas de dinero: por lo menos 3 mil 500 millones de pesos en cuatro años de autopromoción mediática descritos por Jenaro Villamil en su nuevo libro "Si yo fuera presidente: el reality show de Peña Nieto". El posible candidato presidencial, seleccionado, asesorado y adiestrado por personajes como Arturo Montiel y Alfredo del Mazo y Carlos Salinas de Gortari y ejecutivos de Televisa y muchas manos más que peinan el copete. Venden el producto. Posicionan la marca.

Enrique Peña Nieto, emulando a diario la estrategia salinista basada en la inauguración de grandes obras y el cumplimiento de pequeños compromisos. Promocionando a diario la lista de libramientos construidos, tractores regalados, apoyos económicos entregados.

Ejemplo de lo que Octavio Paz llamó el "Ogro Filantrópico"; ese Estado que no construye ciudadanos, sino perpetúa clientelas. Millones de mexicanos educados para vivir con la mano extendida, parados en la cola, esperando la próxima dádiva del próximo político. Como los 9 mil que se aprestaron a celebrar el cumpleaños de Mario Marín hace unos días y los 200 que hicieron cola para abrazarlo. Como aquellos para quienes la corrupción se vale cuando es compartida. Como aquellos que volvieron a votar por el PRI en el Estado de México, a pesar de las marrullerías de Arturo Montiel y las marometas llevadas a cabo por su sucesor para encubrirlo.

Enrique Peña Nieto, actor de un espectáculo continuo, perfectamente producido, escenificado y actuado en la pantalla más grande del País. El candidato de "El Canal de las Estrellas" que hasta novia le consiguió. El candidato que las televisoras hacen suyo y se encargan de edificar. Con promoción política disfrazada de infomercial; con paquetes publicitarios que incluyen la compra de entrevistas en los principales noticieros; con la cobertura de un romance que recibe más atención que la guerra contra el narcotráfico; con el silencio televisivo que se guarda sobre el caso de Atenco o los feminicidios en el Estado de México o cualquier tema controvertido que podría evidenciar las fauces del joven dinosaurio.

Hay un Plan de Trabajo que Televisa ha puesto en marcha y cuyas instrucciones Peña Nieto sigue al pie de la letra: te doy la pantalla desde la cual propulsarte y me das una Presidencia a la medida de mis intereses. Un trueque permanente de favores, dinero, gestión política a cambio de impunidad y promoción mediática.

Como advierte Julio Scherer García, la fórmula Peña Nieto es sencilla: comprar el tiempo en la televisión, corromper y corromper, mentir y mentir, aprender que a los aprendices se les puede y debe aprovechar. Todo para apoyar al joven muñeco, atractivo por su presencia física, a costa de la inteligencia y la pulcritud moral. Todo para que el poder regrese a las manos de la mafia. Todo para que el PRI vuelva a Los Pinos.

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sábado, 22 de mayo de 2010

El Jefe en su laberinto...

Tan compleja como el personaje mismo, la naturaleza del plagio contra el ex senador Diego Fernández de Cevallos revela los vicios del sistema panista: mentiras, contradicciones, torpezas... Del tamaño del poder adquirido por el Jefe Diego a base de relaciones inconfesables y tráfico de influencias es la incapacidad del gobierno de Felipe Calderón para conducirse con transparencia, con eficacia. Cerrazón informativa gubernamental, autocensura en medios electrónicos, son la norma... Y entretanto las especulaciones toman por asalto la credibilidad de los mexicanos.

SAN JUAN DEL RÍO, QRO. (Proceso).- “Es él . Es Diego”.

Eran las cinco de la tarde del viernes 21 cuando las procuradurías general de la República y la de Querétaro tuvieron que admitir la realidad que ocultaron durante seis días: el ex senador panista no estaba “desaparecido”, sino secuestrado.

El jueves 20 por la noche comenzó a circular en las redes sociales una fotografía de Diego Fernández de Cevallos enviada desde el correo electrónico misteriosos.desaparecedores@yahoo.com.mx. La imagen fue publicada el viernes 21 en los periódicos El Universal y Reforma y en ella aparece el ex senador con los ojos vendados.

Está de pie y tiene frente a él un letrero con la fecha del domingo 16 de mayo. Desnudo su torso y casi blancos el bigote y la barba, piel apiñonada, frente amplia y algunas manchas en el rostro. Sus hombros están encogidos.

Junto a la fotografía, el siguiente mensaje: “El Jefe Diego goza de cabal salud, y manda enternecido saludo a quienes lo quieren y hasta rezan por él”. Asimismo, ordena a su hijo exigir a las autoridades desbloquear la comunicación y mantenerse al margen de la negociación que su familia ofrece de manera pública por su liberación.

Y remata: “Seguiremos informando.

“Los misteriosos desaparecedores.

“20-05-10”.

“Es él”, comentan sus hermanos a Proceso el mismo viernes 21 por la tarde. “Si lo tuviera enfrente y le pusiera una venda en los ojos, lo reconocería de inmediato”, dice uno de ellos.

Poco antes los peritos que apoyan a la familia del panista les confirmaron la autenticidad de la imagen. Los especialistas les explicaron que Diego fue puesto de pie ante un muro por sus secuestradores. El plástico negro que se observa al fondo es para ocultar los detalles del sitio donde lo tienen secuestrado e impedir su localización.

Sobre el torso desnudo y con los brazos a los costados, le amarraron con una cinta el papel que muestra la fecha del domingo 16. Sus hombros se ven tensos, incluso tiene un golpe en el lado izquierdo, encima del labio superior. Esa parte del rostro y la nariz están hinchadas.

Lo que sorprendió a la familia Fernández de Cevallos es que en el mensaje atribuido a Diego el ex senador utiliza el término “enternecido saludo”, una expresión que, dicen, emplea con frecuencia.

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http://www.proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/79625

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