Trova y algo más...

sábado, 27 de agosto de 2011

Las armas, la muerte y la demagogia…

Mientras que en Hermosillo se calificó como un infortunado accidente, y en él murieron —en el momento o a consecuencia de— 49 bebés, y muchos más, incluyendo a mayores de edad, han quedado marcados física y sicológicamente de por vida, en Monterrey fue un “cobarde acto de barbarie”, como lo han definido los analistas, en el que se sabe que hasta el momento han fallecido 52 personas.

Tanto en Sonora como en Nuevo León hay tantos caminos trazados para llegar a la tragedia, que uno termina confundiendo la ruta; sin embargo, lo único cierto que queda al final es el número de muertos, de víctimas inocentes que se suman a las estadísticas que manejan los medios con puntualidad… hasta que una nueva desgracia estalla y todo vuelve a empezar.

Imagino a los dioses de los noticieros reconstruyendo cada día nuestro mundo nacional cada vez que ocurre una balacera, aparecen decapitados, surge un video de políticos corruptos o de monstruos creados por los mismos medios gritándonos a todos los mexicanos “¡Pinches asalariados de mierda!”, mientras el secretario de Hacienda suma sin éxito y vuelve a sumar la felicidad para acomodarla a un sueldo de 6,000 pesos mensuales… y así ad infinitum…

Pero la realidad es mucho más pesada que toda la carga que puedan soportar los titulares de los informativos, y muchísimo más extensa que todo lo que puedan abarcar el presidente, los gobernadores y los alcaldes, y los senadores, diputados y regidores de este país que cada día deja de ser nuestro para sumarse a los activos de la delincuencia organizada, con el debido copy right que otorgan una AK-47 y las descalificaciones mutuas de los políticos, y contra eso —como contra la base por bolas, dice el Mago Septién— no hay defensa.

La delincuencia organizada, para serlo oficialmente, requiere de la consabida contraparte —las víctimas, organizadas o no— y de muchas otras instancias políticas que le permitan existir, y que si uno sigue cuidadosamente los hilos de esos personajes hasta sus orígenes, podría encontrar a los delincuentes y a los políticos sentados en la misma mesa… o durmiendo en la misma cuna.

Así, debemos entender que por simple eliminación —literalmente hablando— la contraparte somos quienes sufrimos esa delincuencia; es decir, eso amorfo y totalitario que los sociólogos definen simplemente como “la gente” —tú y yo, pues, estimado lector de a pie—; eso que Joan Manuel Serrat ubicó siempre detrás de todo: “Detrás de los héroes y de los titanes, detrás de las gestas de la humanidad y de las medallas de los generales, detrás de la Estatua de la Libertad; detrás está la gente con sus pequeños temas, sus pequeños problemas y sus pequeños amores, con sus pequeños sueldos, sus pequeñas campañas, sus pequeñas hazañas y sus pequeños errores…”

Quizá por ello, por delincuencia organizada bien pudiéramos entender no sólo a los capos de la muerte y sus sicarios, sino también a quienes se supondría que deberían poner orden en todos los rubros que requiere México para enderezar un rumbo que pertenece a todos de origen pero que se ha fraccionado y modificado tanto que ya las piezas no encajan.

Entre los incendios de Hermosillo y de Monterrey ha corrido mucha sangre bajo los puentes de México. No han sido, desde luego, los únicos sucesos que han marcado el rostro del país, pero sí de los más trágicos entre los que se publicitan y los que no, porque hay sucesos sangrientos que resulta políticamente incorrecto difundir: así reconstruyen a diario nuestro mundo los dioses del duopolio televisivo.

Dicen ahora que en Monterrey habrá que esperar a los peritajes, aunque todo indica que el establecimiento no cumplía con las medidas de protección civil necesarias. En Hermosillo pasó lo mismo, y a dos años del siniestro, todavía quedan muchos cabos sueltos, sobre todo los que tienen que ver con los dueños y algunos funcionarios que no cumplieron con su deber, autoridades que actuaron como delincuencia organizada, ni más ni menos.

Lo más preocupante de la tragedia en el Casino Royale es que la delincuencia ha inaugurado un nuevo modus operandi: cometer sus actos criminales en pleno día y a la vista de todos. El casino había sido atacado dos veces antes, incluida una en mayo, cuando sujetos armados dispararon contra el inmueble desde el exterior. Los cárteles suelen extorsionar a los dueños de casinos y de otros negocios, amenazándolos con agredirlos o incendiar las instalaciones si se niegan a pagar. En el caso del Royale, los delincuentes pedían 130,000 pesos semanales.

De la forma en que lo hicieron —a una hora de mucho tráfico, con una frialdad absoluta, casi impune— están mandando un mensaje que no abona nada a la tranquilidad que queremos los ciudadanos: ya no tienen que demostrar nada porque todo les ha funcionado para sus fines: la extorsión o la muerte, mientras los discursos oficiales se dan de topes como toros en un corral.

Ante este cuadro de miseria institucional en lo que respecta a su compromiso de ofrecer seguridad pública, ¿cómo creen que debemos tomar los spots del gobierno sobre el V Informe y los logros alcanzados, cuando no pueden siquiera explicarnos claramente la estrategia que siguieron, han seguido y piensan seguir hasta el fin del sexenio en su lucha contra la mafia y el narco? ¿Siquiera ya se dieron cuenta de que en esa lucha frontal sólo ha ganado la delincuencia organizada, la que nos mata con armas y la que nos asesina con demagogia y más demagogia?

--

--

miércoles, 24 de agosto de 2011

Los asalariados de mierda…

“Chinga a tu madre, pinche asalariado de mierda.”

Ése es uno de los tantos insultos que un par de mujeres le lanzaron a un policía capitalino cuya falta fue cumplir con su deber al detenerlas en un punto del alcoholímetro en la acomodada zona de Polanco.

En el video que se subió ayer a YouTube, (y que se ve al teclear Damas de Polanco), se puede ver la triste manera en que un oficial recibe los insultos y las amenazas del par de mujeres alebrestadas. Hace unos días también se vio un video en el que comerciantes se van a los golpes contra policías. En el fondo, eso ocurre porque no se le tiene temor a la policía. En otros países, meterse con un policía es un delito grave.

Entre otras cosas, el episodio de las mujeres marca con claridad el clasismo existente en esta ciudad. “No te tengo miedo, cabrón”; “¡Súbelo con López-Dóriga y con el pinche Loret de Mola!”, grita una a quien filmaba el video.

Al oficial se le dejan ir a los golpes. “Pinche puto”, lo retaban. También se deja ver claramente el trabajo de quienes han puesto todo su empeño en dejar a un lado a los narcos y criminales, y no hacen más que señalar a las autoridades como responsables de lo que sucede.

“Asesino”, le espeta una al pobre hombre que esquivaba las cachetadas.

La otra le suelta: “Por putos como ustedes este país está que se lo lleva la verga.”

La verdad, es que es al revés. El país está así, entre otras cosas, porque durante años, personas como estas señoras han hecho valer sus influencias para ganar impunidad. No en balde una de ellas grita al final la frase acuñada en los años de gloria de la prepotencia, que contiene la abierta amenaza de perder la chamba o cosas peores: “No saben con quién se están metiendo, cabrones.”

Es probable que los policías no supieran, en efecto, con quien se metieron. Pero ellas sí sabían que se metían con la autoridad, con la policía, por lo tanto no tenían preocupación alguna. De esa manera uno se puede explicar que, en algunas regiones, un policía intente detener a verdaderos delincuentes y éstos le pasen por encima sin miramiento alguno.

Ojalá el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, deje de andar un rato de manita sudada con su nueva novia y haga algo por restablecer la dignidad de ese oficial y de los que lo acompañaban. Que ubique y sancione como corresponda a tan distinguidas mujeres. Porque no fueran los jóvenes humildes del New’s Divine porque los dejan morir encerrados, pisoteados y de asfixia; o humildes policías en Tláhuac porque se les deja morir quemados por una turba.

Uno de los grandes problemas que tenemos como sociedad es el inexistente respeto que se tiene en amplios sectores por policías y soldados. Nunca hay una expresión de dolor pública por parte de organizaciones sociales por un policía, un soldado, un marino que muere en el cumplimiento de su deber: en la persecución de criminales, en el rescate de un secuestrado, en un operativo. Ellos también han sido víctimas.

Mientras nosotros como sociedad no demos también un paso para tratarlos con respeto y dignidad serán, en efecto, unos “asalariados de mierda”, pero que no moverán un pie para ayudar a la ciudadanía que no para de insultarlos y humillarlos.

--

Juan Ignacio Zavala. Autonomía relativa.

--

Hoy se sabe que una de las mujeres es muy conocida en Televisa; es decir, por López Dóriga y el pinche Loret de Mola: se trata de Azalia Ojeda, conocida como "La Negra" en el programa de televisión Big-Brother. Un monstruo más creado por el duopolio televisivo. Ni más ni menos.

--

--

jueves, 4 de agosto de 2011

¡Voy, que te quedó jabón...

Resulta que, ni modo, como ando en la mera baba, acabo de caer en el juego de las televisoras y ahí me tienen viendo el juego de la selección sub-20, que está jugando ooooootrrrroooooooo mundial… dicen que ya es el último del verano… ¡ojalá!

Y es que ahí estaba yo en calidad de hígado, coagulándome frente al televisor, en el sano ejercicio del zapping, buscando por el amor de dios el juego de las Medias Rojas de Boston contra no sé quién, y quedé entrampado en la transmisión del juego México versus Inglaterra que estaban pasando por Tv Azteca…

Del juego no les puedo decir nada porque en realidad a mí el futbol de las selecciones no me importa mucho, prefiero ver a los Cholos contra Atlas, aunque no se estén jugando nada (“ni las verijas”, diría el grosero de mi hermano) que ver a un puñado de vedettes siendo apapachados por los comentaristas más pendejos que tenga la televisión del mundo mundial (seguidos muy de cerca por los argentinos, los brasileiros y los españoles… no necesariamente en ese orden, eh).

Y es que entre que el futbol jugado por los mexicanos es bastante deprimente y los comentarios de los narradores de Tv Azteca que parecen las queridas maltratadas de los jugadores, aquello era una fiesta de la verborragia de la estupidez.

Bien dicen que lo primero que se pierde en una guerra es la verdad, y llevado al extremo de lo ilógico, lo primero que se pierde en una transmisión televisiva de un juego de futbol es la dignidad de jugadores y comentaristas, y ni más ni menos…

Ahora entiendo aquello que salió en la prensa la semana pasada: que a la selección Sub20 la iban a traer “muy corta” en aquello de la disciplina y su intento de atraer a chicas a los dormitorios de la concentración, como la sub 17 y la selección mayor, que hasta premio se llevó con aquel chico que era mujer por detrás, como dijo el Arielsilva antes de la segunda cerveza.

Y es que los federativos ni siquiera tienen necesidad de decirlo, porque las queridas, amantes y seguidoras de los jugadores de la sub 20 están en México, transmitiendo sus partidos por Televisa y Tv Azteca… y además tienen nombres de varón: André, Antonio, Cristian, David, Enrique, Francisco, Ignacio, Jorge, Luis y demás miembros del clan de las queridas de las futbolistas

O sea… esta selección no andará con el clembuterol a todo lo que da, detrás de las chicas malas, que siempre son las mejores… ¿para qué, si aquí los esperan con los brazos abiertos? Jeje…

--

--

miércoles, 3 de agosto de 2011

El PRI regresaría a hacer cosas indebidas…

Dice Milenio que el escritor Carlos Fuentes descartó a Andrés Manuel López Obrador como el candidato de la izquierda para la elecciones presidenciales de 2012, y consideró que el actual jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, es una mejor opción.

Dijo mi abuela un día, hace muchos años: “¡Brincos dieran!”.

Y es que a Milenio y a sus editorialistas de pacotilla se le queman los frijoles por echarle a López Obrador cada vez que amanece (haga frío o haga calor), porque realmente lo consideran un peligro para Peña Nieto.

Lo que realmente dijo Carlos Fuentes es lo siguiente: “Hay un buen candidato que es Marcelo Ebrard, que contaría con la izquierda y con el centro también”. Nunca dijo que AMLO fuera malo, nunca lo descartó, pues.

El escritor, quien acaba de recibir el Premio Formentor de las Letras 2011, consideró que de no haber un buen candidato para los comicios presidenciales, “las fuerzas del mal” ocuparían el vacío político.

“Yo espero que haya un buen candidato —señaló Fuentes—, que la política siga imperando sobre la anarquía, el desorden y el crimen, porque si no tenemos un buen candidato entonces las fuerzas del mal, por decirlo así, van a ocupar el vacío político, no debemos tener un vacío político. Y yo tengo un candidato, mi candidato, y voy a apoyarlo”, dijo.

Y decir, como dijo Fuentes, “yo tengo un candidato, mi candidato, y voy a apoyarlo” no significa que otras personas (como tú y yo, amigo lector) no podamos tener un candidato diferente, al que consideramos bueno, inclusive mejor que Marcelo Ebrard.

Fuentes rechazó que el PRI retome el Poder Ejecutivo pues, dijo, “tiene demasiadas mañas, están demasiado activos sus hábitos y regresaría a hacer cosas indebidas”.

Y en eso estamos de acuerdo como mil millones de millones de mexicanos… si los hubiera…

En el tema de la inseguridad que se vive actualmente en el país, el escritor consideró que hay una política social equivocada que confronta a la Policía y al Ejército, los cuales, dijo, ya están siendo derrotados por los narcos.

Negó que tenga miedo de vivir en México por las condiciones de inseguridad. “No, mi país nunca me ha dado miedo; además, no tengo edad de tener miedo. Si les aparezco con un tiro mañana no pasa nada, yo tengo 82 años, no me importa morir, no le tengo miedo a la muerte”.

Respecto al Premio Formentor, el autor de La región más transparente dijo sentirse muy contento por dicho reconocimiento el cual han recibido escritores como Jorge Luis Borges, y de no haber muerto, seguro que Alonso Vidal también lo hubiera ganado, claro.

--

--