Trova y algo más...

miércoles, 28 de enero de 2015

Si puta es ser libre…



La frase de la controversia está escrita en letras grandes en cuatro vallas gigantes colocadas en sitios transitados de Quito, y también ha aparecido en exteriores de varios buses de transporte público.
"Si puta es ser libre y dueña de mi cuerpo soy puta… ¿y qué?”, se lee.
Junto al texto consta una cruz de color rosa, la silueta de un rostro femenino y las palabras: “NO MAS”.
Al final de la valla aparecen las direcciones de las cuentas en Facebook y Twitter de la concejala de Quito, Carla Cevallos, y el hashtag #nomascrucesrosadas.
Se trata de un mensaje que es parte de una campaña impulsada por Cevallos, de 24 años, para alertar sobre los problemas de la violencia contra la mujer y el feminicidio en Ecuador.
Seis de cada diez mujeres han sido víctimas de algún tipo de violencia de género en el país, según datos oficiales a 2011 del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
La campaña de Cevallos, de la Alianza SUMA-VIVE, ha incluido colocación de cruces rosadas en el parque La Carolina, el más visitado de Quito, y en el volcán Pichincha.
Pero la polémica se ha encendido con el uso de la palabra "puta" en las vallas.

"La palabra"
Cevallos no ha parado estos días de atender a medios de comunicación para explicar los alcances de su campaña.
En diálogo con BBC Mundo, señaló: “No se asusten por la palabra, asústense por las muertes que están ocurriendo, por la violencia de género que tiene índices tan altos en nuestro país”.
Cevallos recordó que apenas la semana pasada una mujer embarazada y su hijo de 3 años fueron asesinados en una comunidad en la provincia de Chimborazo, al centro del país.
“¿Por qué la gente no reacciona frente a eso, y una palabra que está en el vocabulario diario de los ciudadanos les asusta más?”, dijo la concejala.
Para Cevallos, en varios casos de feminicidio la sociedad llega a acusar a las mujeres asesinadas de haber provocado la violencia en su contra “por estar en un auto con hombres, por irse a una fiesta con hombres”.
“Todos hemos escuchado que un hombre se refiere con esa palabra (puta) a una mujer”, manifestó.

Concejal Carla Cevallos

Como seguimiento a su campaña, Cevallos prepara la colocación de cruces gigantes rosadas en sitios públicos de Quito, con la presencia de familiares de víctimas de feminicidio.
Por su parte, organizaciones como la Red Vida y Familia prevén este viernes entregar unas 5,000 firmas de ciudadanos al alcalde de Quito, Mauricio Rodas, para pedirle el retiro inmediato de las vallas en controversia.
La presidenta de la Red, Amparo Medina, señaló que el contenido de la campaña es “tan mal intencionado y tan mal estructurado, que termina siendo una ofensa para la mujer, violenta y agrede a la dignidad de todas nosotras como madres, esposas e hijas”.

Elaboración del mensaje
En medio del debate, el diario El Comercio preguntó en su sitio web sobre la campaña, a la que un 62.3% (2,169 votos al cierre de esta nota) la calificó como “ofensiva”, frente a un 37.7% (1,311 votos) que la consideró como “creativa”.
En redes sociales la discusión estalló a favor y en contra de la iniciativa, empezando por el propio perfil público de Cevallos.
Allí, María Velasco escribió: "Comparto el objetivo de la campaña, pero el mensaje está muy mal comunicado. Están consiguiendo el efecto contrario. Hay maneras más creativas, menos violentas y más efectivas de expresar lo mismo”.
Verónica Oquendo, por su parte, señaló: “Felicitaciones por esta campaña!!! Siga adelante… a la gente le cuesta comprender pero es importante que se abra el debate”.
Ana Belén Cordero, profesora de Elaboración de Discurso en el Programa de Consultoría Política y Gestión de Gobierno de la Universidad San Francisco de Quito y la Universidad Camilo José Cela, de España, le dijo a BBC Mundo que la campaña de la concejala presenta problemas en la configuración del mensaje.
Cordero señaló que la controversia por la utilización de las palabras en las vallas ha opacado la discusión sobre la propia violencia de género y el feminicidio.
“Terminamos discutiendo la forma de la campaña, en lugar de discutir el fondo. Se está más hablando del uso de la palabra “puta” que de la violencia a la mujer en sí mismo”, manifestó.
“No está bien elaborado el mensaje para el objetivo de la campaña”, añadió.

Cifras preocupantes
Pero más allá de la controversia, hay una realidad latente de violencia contra la mujer en Ecuador.
El 19 de febrero se cumplen dos años de la muerte de la joven Karina del Pozo, un caso de feminicidio que conmovió a Ecuador. (Lea: El feminicidio que conmueve a Ecuador: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/03/130325_ecuador_karina_delpozo_feminicidio_nm.shtml)
Y hace unas semanas la justicia impuso sentencia para involucrados en otro caso que inquietó al país. La violación de la estudiante de enfermería Gabriela Díaz, quien meses después de ese hecho decidiera suicidarse.
Una de cada cuatro mujeres en Ecuador ha vivido violencia sexual, según el INEC.
Entre enero y diciembre del 2013 se registraron 336 homicidios por violencia de género, de acuerdo con la Comisión de Estadística de Violencia de la Fiscalía General del Estado.
En los últimos años se ha tipificado el feminicidio y se han realizado algunas campañas.
Tal es el caso de la organización Plataforma Justicia para Vanessa, que surgió hace un año y medio tras otro caso de asesinato a una mujer, y que efectúa arte callejero para evidenciar la violencia contra la mujer y realiza un acompañamiento a los familiares de víctimas del feminicidio.
“El tema de la violencia contra la mujer es muy complejo, pues tiene muchas aristas. En varios países la tipificación del feminicidio no ha hecho que se reduzcan los casos”, dice Leandra Macías, integrante de la Plataforma.
“El trabajo de concientización que podemos hacer en la calle con diversas iniciativas es muy importante —añade—, pero principalmente hay en esto una responsabilidad del Estado en su conjunto”.

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Y aquí os dejo con la canción “Lo que Ana no ve”, del grupo Revólver, que toca el tema… escúchenlo, medítenlo, apréndanlo…


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martes, 27 de enero de 2015

¿El tamaño importa…


Hete aquí, Miltiadis Tzalazidis

La verdad, la verdad, yo no sé si el tamaño importa. Supongo que a veces sí y a veces no. Depende del tamaño de qué y para qué se usa eso.
En junio de 2012, en los comicios griegos se registraron 22 partidos, pero el que llamó la atención fue el de nombre (agarre aire, oiga): el Partido Independiente renovando a la derecha, renovando a la izquierda, renovando al Pasok, renovando a Nueva Democracia, No a la guerra, Partido de la acción, Me deshago de la tierra, Me deshago de las deudas, Salvo vidas, Movimiento griego del trabajo panagrario Paeke.
Sí: así se llamaba ese instituto político griego, que según entiendo ya desapareció, para bien de los pulmones.
Y de acuerdo a lo que he leído, ningún otro partido, al menos en Grecia, tenía un nombre tan largo. O sea: de que había tamaño, había tamaño. Y hasta sobraba.
Miltiadis Tzalazidis, hoy de 86 años, señaló unos días después de aquella elección: “La gente necesita saber que yo puedo crear trabajo para todo el mundo". Él fue el fundador de un partido político de marras.
“Nuestro programa —agregó— es cambiarlo todo, por eso nuestro nombre es tan largo”.
Tzalazidis dijo que creó Paeke para luchar contra los partidos tradicionales griegos, los conservadores de Nueva Democracia y los socialistas del Pasok. Los acusó de estar comprando a los campesinos. Igualmente señaló a la izquierda radical, Syriza, por hacer lo mismo.
Criticó también a la prensa por dar publicidad a esas agrupaciones: “No necesito de reporteros que me apoyen porque ellos sólo saben apoyar a los partidos principales”, subrayó.
Tzalazidis aseguró que con su trabajo podía inventar empleos para los griegos que no tienen medios: “Yo podría acabar con el desempleo, puedo conseguir dinero para mucha gente", señaló.
“El futuro de Grecia sería mejor si yo estuviese a cargo porque colaboraría con todos los agentes sociales”, apuntó el líder de Paeke.
Lo malo de todo esto, es que el partido del señor Tzalazidis sólo obtuvo 1 voto en las elecciones de junio de 2012. 
El mismo presidente del partido confesó que no sabe de quién es el voto, ya que él ni siquiera pudo votar.
Luego entonces, el tamaño del nombre del partido no le dio el peso específico que requería para acarrear a los votantes.
El Paeke entonces debe tener dos récords históricos: el nombre más largo y el haber obtenido sólo un voto en unas elecciones legislativas. Qué feo.

Por cierto, el pasado fin de semana, uno de los partidos que tanto criticó Tzalazidis, el Syriza, de izquierda radical, se llevó el triunfo en las elecciones legislativas, y ha pactado una coalición de gobierno con el partido derechista Griegos Independientes, con lo que controlarán 162 de los 300 parlamentarios de la cámara helena. Es decir: mayoría. Y Europa tiembla…

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lunes, 26 de enero de 2015

Se fue el ruiseñor, se queda el caparazón…




El cantante griego Demis Roussos ha fallecido en Atenas, a los 68 años. 
Los admiradores de la canción melódica de los 70 y los partidarios de la dignidad del kitsch mediterráneo pueden dar un suspiro de melancolía y evocar aquello de "la voz de terciopelo".
Los que no vivieron aquella época, en cambio, tratarán de separar la imagen de Roussos de la de Georges Moustaki. De alguna manera, la confusión es una equivocación imperdonable, pero, al mismo tiempo, puede servir para explicar a Roussos. Demis, como Georges, nació en la legendaria Alejandría (12 años después y con el nombre de Artemios Ventouris Roussos) en una familia griega que volvió a 'casa' cuando la revolución de Nasser.
Y entonces, otra coincidencia: París. Si Moustaki se había dirigido Francia obsesionado por y la 'chanson', Roussos también cogió el vuelo del Aeropuerto de Orly para ponerse bajo el manto de Vangelis. El compositor griego formó una banda llamada Aphrodite's Child en la onda del rock progresivo y le entregó el bajo a Roussos. Después, alguien descubrió que el chico era capaz de cantar pop con una voz atenorada que, de alguna manera, marcaba el camino hacia el glam rock.
Y en esa rodada, todo fue una locura: Demis Roussos construyó una imagen inolvidable: al borde de la obesidad pero muy sexy, maquillado pero absolutamente viril, casi calvo pero melenudo, vestido con túnicas y zapatos de tacón cubano... 
Muy afeminado y muy heterosexual al mismo tiempo.
Para 1973, Roussos ya era una estrella del pop en toda Europa. No la más preciada por los intelectuales pero, ¿qué más daba eso? 'Forever and ever', 'Goodbye my love, Goodbye', 'Lovely lady of Arcadia'... Y sobre todo, Velvet mornings ('Triki, triki, mon amour'). La fórmula también era una locura: un poco de disco, un poco de pintoresquismo griego, un poco de canción melódica italiana, un poco de 'glam rock'... Es difícil no sonreír al pensarlo.
Después, cambió el momento, Roussos perdió la tecla y su figura se convirtió en una pieza de porcelana que el mundo miraba con no demasiado interés. Si, bueno, pero se lo debió de pasar bien en su momento.
Hoy ha muerto el ruiseñor que vivía en un cuerpo de hipopótamo.

(http://www.elmundo.es/)

Y ahora algo para el recuerdo: “Velvet mornings”. Salú a los que se quedan.


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lunes, 19 de enero de 2015

Que hoy es el día más depre...



Me encontré este artículo en 20minutos.es y decidí compartirlo con vosotros, ya que se refiere a este día (“¡Hoy, hoy, hoy!”, diría Chentefox).
 El artículo de marras dice que el tercer lunes del año es, desde hace una década, el día más triste y depresivo del año, de acuerdo con una curiosa fórmula matemática ideada por Cliff Arnall, investigador de la Universidad de Cardiff y experto en motivación, quien denominó este día como 'Blue Monday' (Lunes triste, no Lunes azul, eh).
En ella (en la fórmula, claro está), se suman varios factores, tanto climatológicos como económicos y de motivación, que pueden influir en el estado de ánimo de las personas. La Navidad acabó, el clima es muy frío y la cuesta de enero se deja notar. Y eso aplica para todo el mundo mundial.

Factores que influyen en el estado de ánimo
Este experto en motivación llegó a esta conclusión tras estudiar las variables del clima, la posible escasa liquidez para pagar algunas deudas y la decepción por haber incumplido los propósitos del nuevo año.
Aún pesan los kilos de los atracones de Navidad, el tiempo suele ser malo y todavía quedan varios días para cobrar. Por si fuera poco, comienzan a llegar las facturas de los créditos pedidos para los regalos navideños y la motivación, además, suele ser baja. Si hace apenas dos semanas nos habíamos marcado una lista de buenos propósitos de comienzo de año nuevo (gimnasio, dejar de fumar, idiomas, etc.) parece que ya se van olvidando.

He aquí la dichosa fórmula (en inglés):
[W 0 (D-d)] x TQ
M x NA
donde
W = weather   d= debt   T = time since Christmas
Q = time since failing our New Year’s resolutions
M = low motivational levels   Na = low motivational levels

Cómo superarlo
Varios expertos, como el meteorólogo Mario Picazo y la psicóloga del deporte y la salud Patricia Ramírez Loeffler, opinan que estos días suelen ser muy influyentes en el estado de ánimo.
Mario Picazo opina que, "aunque vivimos en uno de los países con más horas de sol al año y vamos sumando minutos de luz al día, aún tenemos por delante largas noches y muchas semanas de viento, frío, lluvia y nieve que seguro afectarán el estado anímico de más de uno".
Por otro lado la psicóloga Patricia Ramírez comenta que "emociones como la tristeza y la ansiedad surgen cuando las personas se sienten ante una amenaza (pagar sus tarjetas) o en desequilibrio (tienes más motivos para estar estresado en la balanza que para estar tranquilo).
Sin embargo, Ramírez añade, "si una persona dirige su foco de atención a todo lo que resta (invierno, frío, inicio de la rutina, volver al trabajo, dormir menos, más responsabilidades) y no tiene en cuenta todo lo que suma (ser afortunado por trabajar, tener capacidad económica para responder al gasto de la tarjeta, tener calefacción para vencer el frío, rencontrarte con compañeros de trabajo con los que compartir los momentos vividos en vacaciones), lo normal es que se encuentre triste. Si damos más valor a lo que nos falta que a lo que tenemos, nos sentimos mal. El valor, lo que apreciamos, aquello de lo que hablamos y compartimos con los demás, es una elección. Tú decides si sumas o restas".

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Peeeeero: como hoy es cumpleaños de mi hermano Raúl, y hay que festejarlo, dejaremos que el Blue Monday sea el próximo lunes… a menos que la fiesta siga.

Salú, hermano: muchas felicidades, eh.

Los dejo con esta rolita de los Hollies: “He Ain't Heavy (He's My Brother)”:


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martes, 13 de enero de 2015

Trezidavomartiofobia... o lo que el lunes se llevó...




Hoy es martes 13, y mi intención era hacer una historia de las historias del martes 13. Se los juro. 
Pero, como siempre, el Dr. Google hizo todo el trabajo y me trajo hasta la incomodidad de mi escritorio estas historias que a continuación comparto con ustedes, tomadas de LA TERCERA, en su muy gustada sección “Tendencias”.

Martes 13, ni te cases ni te embarques: la historia tras la mala suerte asociada con este día:
Esta fecha se vincula a la "última cena", leyendas escandinavas del dios Loki, caballeros templarios, el dios de la guerra e incluso con la Torre de Babel.
Como les digo: hoy es martes 13, fecha temida por muchas personas que lo asocian con un día de mal augurio para realizar trámites, apuestas y eventos en general.
Existen casos de aerolíneas y pisos de edificio que han decidido omitir la fila o piso 13 por temor a que las personas no quisieran comprar o vivir allí.
El temor a esta fecha es llamada Trezidavomartiofobia.
El origen de la reputación de la fecha nació hace mucho y se ha mantenido hasta el día de hoy, con clásicas frases como "en martes 13 ni te cases ni te embarques, ni de tu casa te apartes" y sus variaciones "en martes, ni hijo cases ni cochino mates" y "en martes ni tu casa mudes, ni tu hija cases, ni tu ropa tajes".
A continuación presentamos la historia tras la fecha:

El número 13
La mala reputación de este número se remonta a la Última Cena,  pues se dice que Judas, el apóstol que traicionó a Jesucristo, era el treceavo en la mesa.
Una leyenda escandinava también hace referencia a la fecha, señalando que en una fiesta de dioses en Asgard, un dios timador y asociado con el mal llamado Loki era el treceavo invitado.
En las cartas del Tarot por otra parte, la carta de La Muerte es la número 13; sin embargo, no representa la muerte física, sino más bien representa el fin de un ciclo y un nuevo comienzo.
El libro de Las Revelaciones o Apocalipsis de San Juan es el último libro del Nuevo Testamento, y allí en el capítulo número 13 se explica la llegada del anticristo y a la bestia.
En la Cábala, una tradición esotérica relacionada con el judaísmo, se enumeran a 13 espíritus malignos.
El 13 de octubre de 1307, más de 100 caballeros templarios fueron arrestados en Francia, un acto motivado para incrementar el prestigio de la Corona. Felipe IV fue quien originó el movimiento, acusando falsamente a los templarios de herejía, inmoralidad y abusos.

El martes
El rechazo al día martes se remonta a los griegos. Para ellos, era un día de mala suerte, pues creían que los martes estaban dominados por la influencia de Ares, el dios de la guerra.
Para los romanos el día también estaba vinculado con Marte, dios de la guerra.
La caída de Constantinopla, en la Cuarta Cruzada, ocurrió el martes 13 de abril del 1204, y la caída de Constantinopla frente a los otomanos ocurrió el 29 de mayo… un martes.
La leyenda indica además que la confusión de las lenguas en la Torre de Babel ocurrió en un martes 13.


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Y aquí os dejo con la banda sonora de Viernes 13, nomás para que se les remueva un poquito el colesterol:

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sábado, 10 de enero de 2015

En descargo de Elena...



En la FIL de Guadalajara (2013), Elena Poniatowska me volvió a hacer en público la pregunta que le he respondido cien veces. Me obliga, con disgusto, a la ciento uno.
¿Por qué me tardé 25 años en pedirle que corrigiera sus errores, de leves a garrafales, en su clásico que la llevó a la fama: La noche de Tlatelolco?
Respondí en Nexos al mes de que, en esa revista, en octubre de 1997, enumeré las 60 correcciones que debía hacer en la siguiente reimpresión de su libro. Repito: “Porque fue necesario, Elena, que te me derrumbaras”.
Al regresar a México luego de salir de la cárcel y de un año de exilio en Chile, fui muy amigo de Elena.
¿Qué me ocurrió? Se me salió.
Poco a poco me resultó evidente su infantilización de cuanto tocara. Cuando publicó su canto erótico al Güero Medrano, escuché de mi gran amigo Pablo Pascual, con horror de creyente ante la negación del milagro del Tepeyac: “Tu amiga Elena es una pendeja…”. Lo decía porque volvía héroe al tipo que nos había sentenciado a muerte a todos los no guerrilleros, los que fundamos el STUNAM, el PSUM y luego el PMS y el PRD.
En 26 años fui pasando de un complaciente: Ay, Elenita, a un: Ay, Elena, y un: ¡Carajo, Elena!; dejé de leer sus opiniones, dirigidas a obtener el aplauso de la gayola desechando toda complejidad.
Pero la puntilla la puso el affaire Woldenberg.
Un joven, desconocido fuera del ámbito del sindicalismo universitario y la naciente unión de las izquierdas, José Woldenberg, escribía apenas cada quince días en LaJornada.
En eso vino la campaña para elección por voto directo del jefe de Gobierno del DF.
Recayó en Elena el discurso de arranque porque era un personaje sin partido. Pero no lo dirigió contra el PRI, que por decenios había despojado a los ciudadanos del DF de su derecho a elegir gobernante, sino contra un tal José Woldenberg:
“Y le demostraremos a José Woldenberg que los ciudadanos sí pensamos… Y le demostraremos que… bla, bla…”.
En cólera, escribí en mi sección contra ese injusto giro de lo que debía ser un ataque al PRI, convertido en paliza a un joven de izquierda desconocido fuera de ese ámbito.
Elena me telefoneó para disculparse.
Que ella no sabía de qué hablar y Pablo Gómez le había sugerido que el tema lo daba el último artículo de Woldenberg, donde afirmaba que los ciudadanos no pensaban.
Le pregunté si lo había leído. Me respondió que no, pero se lo había sintetizado Pablo. Me heló su deshonestidad intelectual.
Le expliqué: Pepe dice que nadie puede hablar a nombre de “los ciudadanos” porque los ciudadanos piensan de muy variadas maneras y, algunos, no piensan.
Que lo llamaría para disculparse. Y me pidió el número de Pepe.
Se lo di, aclarando que: “Ofensas públicas exigen disculpas públicas”.
Prometió llamarlo y escribir su disculpa. No hizo ni siquiera la llamada. “A la deshonestidad intelectual suma la soberbia”, concluí.
Y remató el affaire Krauze.


Éste me había entrevistado para el capítulo sobre Díaz Ordaz de La presidencia imperial.
Me envió un ejemplar.
Leí con horror un párrafo de un González de Alba cursi hasta la vergüenza ajena. Vi la cita y no era Los días y los años, mi crónica del 68, sino La noche de Tlatelolco.
La releí y lo que el cariño había ocultado, resplandeció en toda su torpeza: más de 50 citas eran erróneas. Y algunas tan graves como ponerme a mí, el 2 de octubre, durante la balacera, en el quinto piso del edificio Chihuahua, dentro de un departamento, hablando con el Búho.
Jamás estuve allí.
Fui detenido en el tercer piso y por eso fui testigo directo del pánico en que cayeron los que, con un guante blanco y pistola, habían iniciado los disparos. Los vi aterrados, los oí suplicar: “Batallón Olimpia. ¡No disparen!”. Un grito de pánico.
Elena se negó a corregir y la demandé.
No por plagio, pues le había permitido usar el manuscrito de mi crónica que ella sacó de Lecumberri, sino por alteración del contenido.
Un tribunal me dio la razón.
En 1998 apareció la versión corregida.
Porque cayó en errores lo publiqué: “En descargo de Elena”.

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Luis González de Alba (www.luisgonzalezdealba.com).
(Articulo editado por AZ)

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viernes, 9 de enero de 2015

Llegar a viejo...



“Después de los 50 años, los viernes dan miedo”, dijo aquella tarde de jueves mi querido e inolvidable amigo Sergio Valenzuela (imagínense que tan inolvidable será para mí el Sergio, que todavía tengo su número de celular entre mis contactos y su cuenta de hotmail sigue tan vigente como siempre y de vez en cuando le mando correos nomás para que me diga cómo está donde está). Acto seguido, se empinó la botella de vodka que subrepticiamente había sacado del refrigerador.
Mtamá —le contesté—: será que ya te estás haciendo viejo y, además, remilgón, como el Dr. House”. 
Luego seguimos la parranda literaria, pero ya sin muchos ánimos, porque mi querido Alf ya estaba alistando el quirófano y dándole carrilla a la Número 13.
Y hablando de personajes y de vejeces, en la página 290 de Cien años de soledad, me encontré un día este párrafo, que me recordó los viernes del Sergio:
Entretenido con las múltiples minucias que reclamaban su atención, Aureliano Segundo no se dio cuenta de que se estaba volviendo viejo, hasta una tarde en que se encontró contemplando el atardecer prematuro desde un mecedor, y pensando en Petra Cotes sin estremecerse. No habría tenido ningún inconveniente en regresar al amor insípido de Fernanda, cuya belleza se había reposado con la madurez, pero la lluvia lo había puesto a salvo de toda emergencia pasional, y le había infundido la serenidad esponjosa de la inapetencia. Se divirtió pensando en las cosas que hubiera podido hacer en otro tiempo con aquella lluvia que ya iba para un año. Había sido uno de los primeros que llevaron láminas de cinc a Macondo, mucho antes de que la compañía bananera las pusiera de moda, sólo por techar con ellas el dormitorio de Petra Cotes y solazarse con la impresión de intimidad profunda que en aquella época le producía la crepitación de la lluvia. Pero hasta esos recuerdos locos de su juventud estrafalaria lo dejaban impávido, como si en la última parranda hubiera agotado sus cuotas de salacidad, y sólo le hubiera quedado el premio maravilloso de poder evocarlas sin amargura ni arrepentimientos. La tentación de sedentarismo y domesticidad que lo andaba rondando no era fruto de la recapacitación ni el escarmiento. Le llegaba de mucho más lejos, desenterrada por el trinche de la lluvia, de los tiempos en que leía en el cuarto de Melquíades las prodigiosas fábulas de los tapices volantes y las ballenas que se alimentaban de barcos con tripulaciones...

Sí. Ahora que veo en el retrovisor el recuerdo del Sergio, caigo en cuenta que ya estaba envejeciendo.
Desde los jueves empezaba a envejecer cada semana…


Y los dejo con Joan Manuel Serrat, con la canción “Llegar a viejo”. Salú.


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jueves, 8 de enero de 2015

Más leales que las personas...



Navegando por ahí, me encontré una nota que, ahora que empezaron oficialmente las campañas políticas en México, nos ofrece muchas lecturas:
Un político de la India premió a dos burros por su arduo trabajo en la ciudad de Bangalore, y aseguró que “son más leales que las personas”.
El líder de un partido político de la India premió a dos burros por su arduo trabajo, lealtad, disciplina y obediencia a los seres humanos, en una ceremonia en la ciudad sureña de Bangalore, informó la televisora local NDTV.
Por extraño que pueda parecer, Vatal Nagaraj, dirigente del partido regional Kannada Chaluvali Vatal Paksha (algo así como el Partido Verde, por aquellos del animalero), decidió honrar a todos los animales domésticos como burros, perros, vacas y bueyes, ya que “son más leales que las personas”, dijo aquel hombre de marras.
Según Nagaraj, los animales apoyan las labores humanas, pero son “muy trabajadores, disciplinados y obedientes”.
En la premiación, la gente arrojó pétalos de rosas a los burros, que llevaban collares de guirnaldas y vestían chales con cuentas de colores, causando diversión entre los animados observadores, que también aplaudieron y ovacionaron a los galardonados ofreciéndoles alguno que otro rebuzno, ciertamente.
En el lugar de la ceremonia, menos que glamorosa —la estación de autobuses interestatales de la ciudad—, el político aseguró que los burros se utilizan ampliamente como animales de trabajo en la India pero que generalmente su contribución es ignorada.
Nagaraj indicó que se establecieron jurados para elegir a los candidatos y luego a los ganadores de las nuevas medallas, “una entrega de reconocimientos única en el mundo”, subrayó, y dio a conocer su plan de continuar la entrega de este tipo de premios en Bangalore.
Vatal Nagaraj es conocido por llevar a cabo inusuales protestas, como la que efectuó en 2011, cuando montó en un búfalo a través de la ciudad de Chamarajanagar para manifestarse contra el aumento de los precios del combustible, que allá también sube cada mes, como lo propusieron aquí un montón de asnos que actúan como legisladores y que nunca ganarán un reconocimiento.
Las medallas llevan el nombre de Rajyotsava (“El burro distinguido”,  en hindi) y son parecidas a las utilizadas por el gobierno del estado de Karnataka, del cual Bangalore es capital, para premiar cada año a hombres y mujeres que destacan en los diferentes ámbitos de la vida el día de la fiesta nacional. O sea que…
Bueno, las lecturas alcanzan límites de otras instituciones también.

Y ahora los dejo con este otro burro premiado:

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miércoles, 7 de enero de 2015

Murió Julio Scherer, el reportero perpetuo...



El tres de octubre de 1968, un día después de la matanza de Tlatelolco, el diario Excélsior publicó un cartón de Abel Quezada. Sobre un recuadro negro se leían las palabras ¿Por qué? La viñeta respondía con fuerza a la barbarie del Ejército. La decisión de publicarla la tomó Julio Scherer García, que llevaba poco más de un mes como director del periódico y había emprendido un cambio para terminar con la prensa servil al poder de México.
Ese fue el sello que marcó la vida de Scherer, el gran maestro del periodismo mexicano, que falleció la madrugada de este miércoles en su hogar de la Ciudad de México a los 88 años a causa de un choque séptico. Así finalizó una extensa carrera de 70 años en el periodismo que comenzó en la década de los cuarenta como mensajero en el Excélsior y que dejó 22 libros publicados. Tras el golpe a ese diario orquestado por el presidente Luis Echeverría en 1976, Scherer fundó la revista Proceso. Su último texto se fechó un mes antes de su muerte, dedicado a la muerte de su amigo, el escritor Vicente Leñero.
Murió el reportero eterno, único mexicano que pudo sentarse con una libreta para entrevistar a personajes como Fidel Castro, Pablo Picasso, John F. Kennedy, Salvador Allende, al Che Guevara, Augusto Pinochet, Olof Palme y Zhou Enlai, entre muchos otros. Elena Poniatowska escribió que Scherer le había confiado que uno de sus grandes lamentos era el no haber entrevistado a Nelson Mandela.
Sus crónicas, como la de la hambruna en Bangladés en 1974 (recuperada recientemente por Letras Libres), hablan de una ambición por contar el mundo que se desplegaba más allá de las fronteras mexicanas en una época donde el poder y el resto de la prensa preferían mirar hacia adentro.
“La cirugía y el periodismo remueven lo que encuentran. El periodismo ha de ser exacto, como el bisturí. Si algo me apasiona es el periodismo sin imaginación, el toque de la realidad como es. En nuestra profesión nada supera al dato estricto y a la palabra exacta”, escribió Scherer, un hombre que negaba las entrevistas porque rechazaba que los reporteros fueran el centro de la atención.
Una anécdota dibuja la persistente obsesión de Scherer por la precisión de las palabras. Gabriel García Márquez le mandó el manuscrito de El amor en los tiempos del cólera, que se encontraba en galeras. Después de leerlo, el periodista llamó por teléfono al Nobel. A Scherer lo deslumbró la descripción de la mulata de "senos atónitos". "¿De dónde, Gabriel, nace el calificativo insólito y perfecto", preguntó Scherer. "El adejtivo brillaba como ningún otro. García Márquez dio otra pasada a la novela para cerciorarse que apareciera una sola vez en la obra", recuerda Scherer en Estos Años.   
Scherer era nieto de Hugo, un banquero alemán que llegó a México a mediados del siglo XIX para instalarse en la alta sociedad durante la dictadura de Porfirio Díaz. Con la Revolución mexicana, muchos de los inmigrantes europeos regresaron a Europa. Hugo Scherer no lo hizo. El país recompensaría su fidelidad haciéndolo director del Banco Nacional de México. Julio Scherer, el tercer hijo del matrimonio entre Pablo, el hijo de Hugo, y Paz García, nació el 7 de abril de 1926.
La reputación de Scherer lo hizo ganarse el gran reconocimiento de los grandes intelectuales mexicanos. Tras la matanza de octubre del 68, Octavio Paz, embajador de México en la India, decide renunciar al cargo como protesta. Planea regresar a México y Scherer le ofrece fundar un medio. Así nace Plural, una revista literaria fundamental para la vida cultural mexicana de la década de los setenta y semilla de Vuelta. “Aceptamos con una condición: libertad. Scherer aceptó como los buenos y jamás nos pidió suprimir una línea o agregar una coma. Actitud ejemplar, sobre todo si se recuerda que más de una vez los puntos de vista de Plural no coincidieron con los de Excélsior”, escribió el Nobel mexicano.
Como reportero, a Scherer siempre le atrajo la figura del poder como objeto para retratar con su pluma. Su libro Los presidentes es una crónica indispensable para entender la figura del ejecutivo y la obsesión por la transmisión del poder en el México de la segunda mitad del siglo XX. A partir del acceso que sólo él podía tener elaboró perfiles de cinco mandatarios, de Adolfo López Mateos (1958-1964) hasta Miguel de la Madrid (1982-1988). Amplió esta memoria del poder con los libros Estos Años y Salinas y su imperio, sobre el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). Su conclusión es que la silla presidencial tiene un misterioso veneno que trastorna a quienes la ocupan.
En 2010, Ismael Zambada, el poderoso líder del cartel de Sinaloa que ha vivido a salto de mata escapando del Gobierno por más de 30 años, hizo una invitación a Scherer. Ambos tuvieron un encuentro en una zona serrana desconocida. El reportero perpetuo, a sus 83 años, le pidió una entrevista. El capo se negó. Solo quería conocer en persona al gran decano del periodismo mexicano.


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El miércoles quiebra semana...



Años atrás, cuando todavía le quedaba carga a la pila, yo solía trabajar mucho. Eran los tiempos en que la Evelyn era compañera de trabajo, y como buena descendiente de Rocky Point, cada miércoles llegaba la citada a la oficina con una cara de "Yo no fui" y una sonrisa de pichel.
Les juro que a todos nos desconcertaba esa sonrisa ladeada y socarrona, como de tiburona con sed, y ella nomás respondía: “Hoy es miércoles y quiebra semana, morritos”, y después se ponía a hacer guegueritos en la maquintoch.
Lo mismo decía Jorge Enrique Montaño, en los viejos tiempo del CAECH, del CIANO, en la Costa de Hermosillo.
Cada miércoles, el Jorgenrique llegaba vestido de una amarillo rabioso que hasta parecía palúdico metido de lleno en una obra de Warhol.
Quienes lo veíamos nos quedábamos pensando en qué le pasaría a este muchacho cada miércoles, a quién nomás le faltaba bailar la canción Happy, del Pharrell Williams ese, sombrero incluido.
“Los miércoles son como briznas que dios nos va dejando para ser felices”, decía el Jorge antes de perderse en las cantinas del centro de Hermosillo en busca de lo que el miércoles le tenía deparado.
Como sea, hoy es miércoles y, como cada miércoles, hoy quiebra semana. Cada quién sabrá para qué le sirve esa fractura semanal. Por lo pronto, yo los dejo con la canción Wednesday Morning (Mañana de miércoles) del inolvidable grupo America.

Carpe diem, morritos…


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martes, 6 de enero de 2015

El 6 de enero y los Reyes Magos...




Será que vivimos tan al norte de México que los Reyes Magos no llegan hasta acá, o quién sabe, pero el asunto es que Santaclós (o San Nicolás) tiene monopolizado el terreno regalístico, el espiritual no sé, y en el religioso no hay nada qué ver, pues Santaclós no guarda una relación cierta con la cristiandad, como los magos que, de acuerdo al evangelio de San Mateo, aparecen en la Biblia, quienes vinieron de Oriente buscando al nuevo rey que habría de nacer.
En las Escrituras no se abunda mucho sobre su origen, su personalidad, sus rasgos… vamos, ni siquiera sobre sus nombres, pero se asume que eran sabios o astrónomos, que no es lo mismo pero es igual, llamados magos en aquella época porque venían siguiendo una estrella que presagiaba la llegada del nuevo rey.
Como venían con regalos para el rey que habría de nacer, la tradición los describe como seres bondadosos con presentes para todos, asignándole un nombre y rasgos específicos a cada uno. Veamos:
Melchor es un anciano blanco con barbas plateadas. Su regalo para Jesús es oro, representando su naturaleza real.
Gaspar es un joven moreno. Su regalo es el incienso, que representa la naturaleza divina de Jesús.
Baltasar es de raza negra. Su regalo a Jesús es mirra, que representa su sufrimiento y muerte futura.
Lo anterior lo encontré en el consultorio del Dr. Google, pero digamos que bien a bien no me sé la historia. Sólo sé que por estas tierras de la baja pimería los Reyes Magos no suelen venir.
Recuerdo que algunos años del pasado, cuando Arely y Alí eran pequeños, colgaban medias en el árbol de Navidad o ponían zapatos en la ventana por si acaso andaba por ahí algún rey mago (o al menos uno vago) que les dejara algo en las prendas. Y sí, algo les dejaban. Pero cuando llegaron los años, los magos se fueron, como parece que sucede con casi todo en la vida: los años espantan los momentos felices.
Hoy es 6 de enero. La tradición en esta casa es partir una rosca y tomar chocolate o café, y esperar a que no te salga el monito, porque entonces uno está obligado a patrocinar los tamales el 2 de febrero, día de la Candelaria y de los albañiles.
También es un día para pedir deseos. Buenos deseos, sobre todo, que lo malo llega solo, y lo peor no necesita invitación.
Hoy mis buenos deseos están dedicados para las A de mi vida, esas que habitan en mi corazón desde toda la vida. Y espero que esos buenos deseos los acompañen todo el año.
Son deseos que, como los reyes en Galilea, siguen la estrella de un pastor…


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lunes, 5 de enero de 2015

El CI de un holgazán...



El otro día, nomás de holgazán me puse a resolver una prueba de esas que aparecen en internet y que miden el Coeficiente Intelectual (CI).
¿Cuál fue mi resultado?: 73 puntotes, uno detrás de otro.
Yo andaba encantado (ebrio de felicidad, diría el poeta Rubén Darío), hasta que me topé con la medición de resultados, pues según la prueba de Wechsler (que ni me pregunten ahorita quién es, si quieren mañana les digo, porque yo, como dijera Renato Leduc: “soy un genio de un día para otro, pero el mismo día soy muy pendejo”), los resultados se miden así:
Menos de 70 puntos es retraso.
De 71 a 89 la persona está en un limbo medio peligroso.
De 90 a 110 es la puntuación promedio.
De 111 a 134 la persona está en un limbo menos preocupante.
De 135 hasta 164 puntos se considera una persona dotada (no es albur, eh).
De 165 para arriba (hacia el infinito y más allá) es considerado un genio.
Así que después de ver esta tabla, sentí así como que algo se me quebró por dentro porque yo siempre he creído que no ando volando tan bajo en esto del CI, aunque tampoco tan alto. Digamos que soy un respetable representante del promedio intelectual.
No obstante, el internet suele tener ambas caras de la moneda, y así como te pone un test de CI para que te estrelles, también te tira un salvavidas para que no te quieras arrojar al vació desde el primer puente que se cruce en tu camino.
Y ahí nomás navegando (ya ven que soy un holgazán), me encontré con esta maravilla, que dice lo siguiente:
1. Los test de CI son relevantes para las ciencias y las matemáticas. Que una persona tenga el CI alto no significa que posea amplios conocimientos en otras áreas importantes, como la historia o las letras en general. El portal Ojo curioso pone como ejemplo al genio Einstein, que, a pesar de tener un CI alto, no pudo ingresar en una prestigiosa escuela porque obtuvo notas excelentes en las pruebas de matemáticas y ciencias pero falló en otras materias de igual importancia.
2. El CI no tiene en cuenta la creatividad. La creatividad tiene la misma importancia que las habilidades matemáticas o las capacidades para memorizar datos, opina el portal. No obstante, las pruebas de CI no pueden medir el nivel de creatividad de una persona. Muchos famosos artistas no podían presumir de ser buenos matemáticos, lo que no impidió que dejaran una profunda huella en la historia de la humanidad con sus obras.
3. Las personas con CI alto pueden terminar aislados y arrogantes. A los individuos que logran obtener buenos resultados en las pruebas de CI se les abren las puertas de los exclusivos clubes para personas ‘intelectualmente superiores’. Se rodean de personas con el mismo nivel de CI pero a menudo, en lugar de aprovecharlo como un estímulo, solo comparan sus conocimientos para determinar quién es más inteligente.
4. Subjetividad de las preguntas. Un mal resultado en un test de CI no refleja el nivel real de la inteligencia de una persona, ya que muchas preguntas son subjetivas. Por ejemplo, determinar el color de una manzana no tiene una respuesta correcta. Además, es posible entrenarse para responder las preguntas de manera que, cuantas más veces se pasa el test, mejor resultado se obtiene.
5. Antes servían para medir la edad mental de los niños. Los test verbales de CI fueron ideados para diagnosticar los posibles retrasos mentales en los niños. Los resultados se comparaban con su edad biológica. Así, si un niño de 10 años obtenía 50 puntos en la prueba de CI se concluía que sus capacidades intelectuales eran equivalentes a las de un niño de 5 años.
Sin embargo, a los 15 años en la mayoría de las personas la edad mental y la biológica se equilibran, con lo que las pruebas de CI dejan de tener relevancia.

Como sea, siguiendo la lógica de Renato Leduc, mañana volveré a hacer la misma prueba, a ver si es cierto que, como el afamado escritor, resulto ser un genio de un día para otro. Mientras, seguiré siendo un holgazán.
Y hablando de holgazanes, esto me recuerda la canción “La quiero a morir” ("Je l'aime à mourir", en su versión original en francés), que se le atribuye a Francis Cabrel, quien convirtió esta obra en un éxito en 1979.
Aquí, por supuesto, les comparto la canción, con todo y letra (en español).


Y yo que hasta ayer
sólo fui un holgazán,
y hoy soy el guardián
de sus sueños de amor.
La quiero a morir.

Podéis destrozar
todo aquello que veis,
porque ella de un soplo
lo vuelve a crear,
como si nada,
como si nada.
La quiero a morir.

Ella borra las horas
de cada reloj
y me enseña a pintar
transparente el dolor,
con su sonrisa.

Y levanta una torre
desde el cielo hasta aquí.
Y me cose unas alas
y me ayuda a subir,
a toda prisa,
a toda prisa.
La quiero a morir.

Conoce bien cada guerra,
cada herida, cada ser.
Conoce bien cada guerra
de la vida y del amor también.

Me dibuja un paisaje
y me lo hace vivir
en un bosque de lápiz
se apodera de mí.
La quiero a morir.

Y me atrapa en un lazo
que no aprieta jamás,
como un hilo de seda
que no puedo soltar,
no quiero soltar,
no quiero soltar.
La quiero a morir.

Cuando trepo a sus ojos
me enfrento al mar,
dos espejos de agua,
encerrada en cristal.
La quiero a morir.

Sólo puedo sentarme,
sólo puedo charlar,
sólo puedo enredarme,
sólo puedo aceptar
ser sólo suyo,
ser sólo suyo.
La quiero a morir.

Conoce bien cada guerra,
cada herida, cada ser.
Conoce bien cada guerra
de la vida y del amor también.

Y yo que hasta ayer
sólo fui un holgazán,
y hoy soy el guardián
de sus sueños de amor.
La quiero a morir.

Podéis destrozar
todo aquello que veis,
porque ella de un soplo
lo vuelve a crear,
como si nada,
como si nada.
La quiero a morir.

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